Este método fue creado a principios del siglo XX por el alemán Joseph Hubertus Pilates, quién utilizando sus conocimientos de gimnasia, yoga y traumatología logró unir el movimiento, la fuerza de los músculos, la respiración y la relajación con el control de la mente; logrando de este modo el control corporal y el equilibrio mental.
De niño, Pilates fue muy débil y frágil, lo que lo motivó a dedicarse a estudiar la forma de fortalecer su cuerpo con el ejercicio físico, llegando a ser un gran atleta.
Durante la primera guerra mundial fue tomado prisionero por los ingleses y confinado a un campo de concentración donde comenzó a desarrollar su método trabajando como enfermero.
Posteriormente se radicó en los Estados Unidos donde cobró notoriedad en el ambiente de la danza, ya que los bailarines encontraban alivio a las lesiones que sufrían durante su intensa práctica.
Esta disciplina se fundamenta en varios principios fundamentales:
Alineamiento de la postura
Respiración integrada a los ejercicios y coordinada con el movimiento, manteniendo el ritmo adecuado para fortalecer el sistema.
Concentración; estableciendo la conexión cuerpo mente, prestando atención a la zona del cuerpo que realiza el movimiento y teniendo plena conciencia de la actividad que se está realizando.
Control muscular
Precisión en la ejecución de los ejercicios dado que cada movimiento tiene un propósito específico.
Fluidez de movimiento; los movimientos fluyen y se relacionan armoniosamente.
Centralización; la idea del creador de este método es que el centro de energía se encuentra en la parte baja del tronco que rodea la región lumbar y abdominal. Esta ubicación coincide con la zona que señala la medicina tradicional china como centro energético y también el gigong y el taichí.
El resultado de la práctica del método pilates es lograr la armonía del cuerpo, recuperar la coordinación, la flexibilidad, la musculatura y tener conciencia de las debilidades y fortalezas de la mente.
Pilates reúne en un solo sistema elementos de danza, yoga, fitness, sofrología y musculación.
En este método se utiliza la respiración intercostal que consiste en inspirar por la nariz percibiendo la apertura de las costillas y exhalar por la boca hundiendo el ombligo.
Se debe respirar lentamente para facilitar el drenaje linfático y todos los ejercicios deben comenzar y mantenerse en torno al centro de energía.
El desarrollo completo de una clase es de una hora, durante la cual es necesario estar muy concentrado; y la zona que más se trabaja es el diafragma, que es un centro emocional importante en el que hay que mantener fija la atención.
La necesidad de concentración permite dejar de lado preocupaciones, problemas, dificultades, fijando la atención solamente al interior de uno mismo.
En poco tiempo se comienzan a percibir los efectos benéficos de esta práctica, ya que en apenas cuatro clases el cuerpo y la mente logran recuperar el equilibrio.
Luego de ocho clases se notan cambios más profundos y al completar las treinta clases el cuerpo y la mente se transforman definitivamente y la persona adquiere mayor serenidad y calma.
Pilates es una práctica que puede ser particularmente útil para corregir lesiones, que producen dolores articulares o en la espalda.
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