“¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales se fuesen, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con los animales en breve ocurrirá a los hombres. Hay una unión en todo.
Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.” Chief Seattle Washington
La cosmovisión maya y otras culturas de Norte America dicen que es necesario estar en sintonía con el Ser Supremo, Nuestra Madre Naturaleza y Nuestros Semejantes, ya que el tiempo del gran alumbramiento se avecina. Por consecuencia, es imperativo que el ser humano eleve su conciencia y espiritualidad para alinearnos con las pulsaciones energéticas de la Tierra. Se dice que estas pulsaciones están activando los códigos espirales que están en materia, mente y alma de todos los seres vivos, es por eso que en estos tiempos más y más personas están sintiendo la gran necesidad de saber que hay más allá de lo que las religiones exponen en sus textos sagrados y prácticas religiosas.
Muchos secretos están siendo revelados y nuestros propios espíritus ya sienten la necesidad de transcender y evolucionar a planos de espiritualidad y conciencia más puras y elevadas. Ya no podemos ignorar lo que está enfrente de nosotros. Nadie puede empañar nuestra esencia divina dopándonos con creencias vagas y surrealistas haciéndonos creer que Dios es un ser distante que le gusta hacernos sufrir. La esencia divina de cada uno de nosotros está al alcance de todos. Teniendo esto en mente, es necesario que abramos nuestros corazones y nuestros espíritus para que estos códigos espirales eleven nuestras vibraciones a una frecuencia más alta y así se sintonicen con el ritmo al cual nuestro planeta está evolucionando. De esta manera la comunión entre El Gran Espíritu divino y nosotros será tan fácil de establecer tan fácilmente como decretarlo, y tener fe que esta comunión será sincera, pura y directa.
También vale la pena recalcar otra vez que no podemos permitir la destrucción de la naturaleza, porque hay una estrecha dependencia y complementariedad con ella al igual que la tierra con el universo. De igual manera también es necesario promover el respeto, no solamente a la naturaleza, sino también a nuestros semejantes porque nuestros abuelos guardan la historia de nuestro pasado, nosotros somos el presente, y los niños son el futuro de nuestras naciones.
Teniendo esto en mente, todos tenemos una gran responsabilidad en nuestras manos: y esta, es difundir el respeto a nuestros semejantes y a todos los seres vivos y orgánicos que nos rodean. Hay que empezar respetándonos a nosotros mismos, aceptar nuestras diferencias culturales y nuestras razas con una actitud multi-pluralista.
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