Los términos de “personalidad psicopática”, “sociopatía”, “trastorno antisocial de la personalidad” y “trastorno disocial de la personalidad” son utilizados indistintamente para designar un tipo de personalidad anormal, que no se presenta a una definición exacta debido al énfasis que ponen cada una de las orientaciones etiológicas en los factores: orgánico, social, cultural y psíquico. Por ello, más que una definición, lo que se busca es homogenizar criterios, con la finalidad de no idealizar esta patología sino tener una imagen real de este tipo de personalidad.
Cleckley (1976) establece una serie de rasgos y patrones de conducta que definen el perfil del psicópata, los cuales son:
· Encanto externo y notable inteligencia.
· Ausencia de alucinaciones u otros signos de pensamiento.
· Ausencia de nerviosismo o de manifestaciones psiconeuróticas.
· Inestabilidad, poca formalidad.
· Falsedad e insinceridad.
· Falta de sentimientos de remordimiento o vergüenza.
· Conducta antisocial inadecuadamente motivada.
· Razonamiento insuficiente y falta de capacidad para aprender de la experiencia vivida.
· Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
· Pobreza general en las principales relaciones afectivas.
· Pérdida especifica de intuición
· Insensibilidad en las relaciones interpersonales generales.
· Comportamiento fantástico y poco recomendable, con y sin bebida.
· Amenazas de suicidio raramente llevadas a cabo.
· Vida sexual impersonal, trivial y pobremente integrada.
· Fracaso para seguir un plan de vida.
Estos criterios señalados por Cleckley han sido criticados por el hecho de depender de juicios clínicos cualitativos, que pueden reflejar estereotipos y teorías implícitas de los evaluadores más que características reales de los sujetos. Sin embargo, en la práctica estos criterios han probado ser valiosos al identificar a un grupo que se diferencia de otros delincuentes persistentes.
TEORÍA PSICODINAMICA:
Este enfoque concibe a la psicopatía como la manifestación sintomática de un conflicto subyacente. Considera que un individuo desarrolla una personalidad antisocial debido a la interacción de pulsiones insatisfechas con las oportunidades que brinda la cultura, para dedicarse a actividades sustitutas que ofrecen al menos una satisfacción parcial de esas pulsiones internas.
Distintas concepciones psicodinámicas apuntan a concebir la actitud desconsiderada del psicópata como resultado de las desconsideraciones por él, sufridas en la infancia (Rego y Risso, 1991).
Por su parte, Zac (1972) refiere que la ausencia de sentimientos de culpa es consecuencia de la combinación de mecanismos de defensa, basados sobre la omnipotencia. A su vez, con la finalidad de mantener el precario equilibrio que esta omnipotencia les proporciona, deben proyectar el pensamiento y la culpa relacionados con las ansiedades depresivas. La actuación psicopática seria una tentativa de negación de la culpa depresiva, haciendo que recaiga sobre los demás.
Se considera que estas personalidades antisociales poseen las características fundamentales de la personalidad narcisista y además una patología en su sentido de la moralidad, es decir, en las funciones de su Superyó.
Así Kernberg (1995() otorga una especial atención al síndrome que el denominó “narcisismo maligno”, patrón de personalidad caracterizado por una combinación de un trastorno narcisista de la personalidad, un comportamiento antisocial, agresiones o sadismo egosintónico dirigidos hacia los demás y hacia sí mismo, este último produciendo un sentido perverso de triunfo en la automutilación o el suicidio, y una fuerte orientación paranoide.
En síntesis, la problemática psicopatológica de este cuadro puede resumirse en las siguientes manifestaciones:
Un trastorno del mecanismo de disociación, el cual al encontrarse alterado, coloca a los psicópatas en desventaja para poder discernir entre objetos buenos y malos; una alteración de los mecanismos de identificación proyectiva e introyectiva, lo que conduce a los psicópatas al sentimiento de que el medio que los rodea es malévolo y el desarrollo de una organización narcisista de la personalidad, que es la que conlleva a evitar los sentimientos de culpa y no le permite la dependencia y subordinación que en todo grupo social existen.
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