Aprende a pensar como los otros
En los tiempos que corren la creatividad es esencial para emprender cualquier actividad. Con un mercado sumamente atiborrado de información y objetos, solo aquellos que sobresalen de la media tienen probabilidades de ser memorables y exitosos. Por esto no es extraño que muchas personas se pregunten cómo potenciar la creatividad.
Ahora investigadores de la Universidad de Nueva York nos brindan un nuevo y sencillísimo truco para desarrollar la creatividad: aprender a pensar como los otros.
Según estos investigadores seremos más creativos si actuamos o pensamos como personas totalmente ajenas a nosotros mismos. Vale aclarar que esta idea no es del todo nueva ya que con anterioridad se había demostrado experimentalmente que mientras mayor sea la distancia física y temporal que asumamos del problema en cuestión, mayores probabilidades tendremos de desarrollar un pensamiento abstracto y resolver con éxito la problemática. Ahora Polman y Emich han demostrado que si asumimos una distancia social del problema, tendremos más probabilidades de hallar una solución creativa.
Específicamente, los investigadores hallaron que las personas involucradas en el experimento eran mucho más creativas en sus diseños cuando debía dibujar para una historia que no les pertenecía mientras que sus ideas eran menos originales cuando la historia la habían escrito ellos mismos. De la misma forma, los participantes elegían regalos más originales cuando se le pedía que le regalaran a un desconocido que cuando se les pedía que eligieran un regalo para una persona de su mismo signo zodiacal.
Este efecto continuó manifestándose a lo largo de otras tareas a las cuales se enfrentaron los participantes en el experimento. Por ejemplo, se les pidió que idearan una forma de escapar de una torre pero a un grupo se les dijo que imaginasen que era otra persona quien estaba encerrada en la torre mientras que a un segundo grupo se les pidió que imaginasen que eran ellos mismos quienes estaban atrapados. Curiosamente, en el grupo que imaginó que eran ellos quienes estaban atrapados solo lograron idear una solución creativa para escapar el 48% mientras que en el otro grupo el 66% encontró una vía de escape original.
Los investigadores consideran que imaginarse como otra persona nos permite asumir una distancia psicológica del problema de forma que podemos valorarlo desde múltiples perspectivas y despojarnos de las emociones que pueden actuar como entorpecedoras de la creatividad. Por otra parte, imaginarnos que somos otra persona nos permite abandonar parte de nuestros estereotipos y prejuicios por lo que será mucho más fácil que fluya la creatividad.
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