Afecta más a mujeres que a hombres el padecimiento “Borderline”
El Instituto de Psiquiatría del Estado de Baja California (IPEBC) reveló que el 75 por ciento de las personas que padecen el trastorno “Límite de la personalidad”, denominado también como “Borderline”, son mujeres.
El director de Servicios de Salud del IPEBC, Salvador Rico Hernández, dijo que el “Borderline” se caracteriza por la inestabilidad anímica de la imagen propia de la persona y de las relaciones interpersonales y estados de ánimo cambiantes.
Los afectados, dijo, viven situaciones de gran ansiedad, depresión e irritabilidad; los síntomas les suelen durar desde horas a varios días. Habitualmente su ira y frustración la dirigen hacia el exterior y podrían agredir a personas cercanas.
Cerca de un 2 por ciento de la población en general lo padece o está propenso a contraerlo. En el caso del IPEBC los pacientes con “Borderline” representan el 20 por ciento del total de personas que requirieron de hospitalizaciones psiquiátricas.
Las autolesiones, que pueden presentar patrones de consumo de drogas, trastornos de la conducta alimentaria o tendencias suicidas, son frecuentes. El trastorno “borderline” es común y se diagnostica con más frecuencia en mujeres que en hombres.
Las personas con el padecimiento se sienten en un casi permanente estado de confusión respecto a ellas mismas, como si no tuvieran una identidad propia suficientemente constituida que les sujete en la vida.
Aseveró que tienen verdaderas dificultades para regular sus necesidades desde sí mismos, por lo que se encuentran a merced de sus propios impulsos, a los que no saben poner límites.
Recordó que los “borderlines” viven en una permanente inestabilidad emocional, de la cual, intentan combatir su angustia y el miedo que la conciencia de esta situación les produce.
Se aferran, agregó, en una relación con cualquier persona, grupo, sectas y también con la droga, el sexo, el juego, entre otros, y siempre de una forma compulsiva.
Apuntó que viven en extremos y pasan de la euforia a la depresión, de la ingenua credulidad a la desconfianza paranoide, del amor al odio, porque su estructura mental no les permite integrar, los matices, las gradaciones ni las ambivalencias.
El paciente “borderline” tiene una personalidad polifacética, pero para concretar un diagnóstico es preciso que varios de los rasgos aquí mostrados se presenten de manera continuada o episódica durante al menos dos años.
Resaltó la importancia de que el profesional en la salud mental haga una clara distinción de este problema y la esquizofrenia.
Dijo que en el caso de la esquizofrenia, es un trastorno mental cuyos rasgos distintivos incluyen la idea de escuchar voces que dan órdenes, sensación de que hay personas que le persiguen constantemente, visión de seres o cosas que no están presentes.
Es común, asentó, que en la persona “borderline” busque ayuda profesional por sí mismo, lo cual ocurre cuando las frustraciones son frecuentes e incontrolables.
Lo más común es que culpe de sus problemas a otras personas y que se niegue a recibir atención. El tratamiento contempla una combinación de terapias y fármacos.
Aseguró que con el tratamiento y ayuda psiquiátrica adecuada, muchos mejoran y eventualmente son capaces de llevar vidas productivas.
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