Generalmente nadie quiere admitir que está enojado.
Podemos decir que nos enojamos a veces, pero nadie quiere decir que a diario ejerce una especie de lucha interna contra la ira.
Admitir que estás enojado significa admitir culpa, y no quieres responsabilizarte por el daño que causas en tus seres queridos.
Pero la IRA es como un veneno para el alma y puede destruir tú vida.
Un enojo fuerte puede ser muy perjudicial para tus relaciones con los demás.
Te has puesto a pensar si tus amigos, familiares y en especial tus hijos puedan tenerte miedo por de tus arrebatos de ira?
Si no logras controlar tú ira, terminarás haciendo cosas que no quieres hacer.
La ira puede aislarte y hacer que los demás te dejen solo.
Puedo asegurarte que por nada del mundo querrás estar solo, que por nada del mundo vas a querer hacerles daño a los que amas y estoy segurísima que por nada del mundo querrás enfermarte por no poder controlar tú IRA.
Seguramente es muy difícil admitir que realmente tienes problemas con la ira, sin embargo ¿cuánto te gustaría aprender cómo controlar la ira?
¿Cómo te gustaría saber si algo simple que se escapa de tú vida, te impide ser todo lo genial que tú eres?
Realmente sabes cual o cuales son los motivos de tú enojo?... Muchos no saben por qué se enojan, y encontrar la causa puede parecer muchas veces imposible.
Algunas personas creen que el motivo de su enojo es por pequeñas causas aisladas. Pero aunque esa sea la creencia, hay incidentes ocultos que no parecen revelar el verdadero motivo de nuestra ira.
Esto nos lleva a que realmente existe una raíz, una causa, aunque no siempre la veas; razón por la cual la manera de poder controlar tú ira se traduce básicamente en entender qué es lo que realmente te la está causando; y una vez logras entender eso, podrás cambiarlo y empezar a controlar tú ira.
A menudo, lo que nos puede causar la IRA es el miedo...
Seguramente te estarás preguntando: ¿Qué miedo? Esto puede parecer descabellado, pero en la mayoría de las situaciones donde se despierta la ira, siempre es el miedo la otra cara de la moneda.
Comentarios
Publicar un comentario