Enfermedades mentales: Cambiando la negación por conocimiento y esperanza
Las enfermedades mentales suelen dar sus primeros avisos en la juventud o en la adolescencia. Muchas veces es difícil ver, admitir o lidiar con que un hijo u otro familiar tiene síntomas o comportamientos que indican la posibilidad de una enfermedad mental. Pero es importante saber detectar los avisos de comportamientos extraños, tales como el fracaso escolar y cambios en patrones de alimentación. Al saber tales señales, los padres pueden decidir más rápidamente cuándo su hijo necesita la atención de un profesional de salud mental y por lo tanto ayudar mejor a un hijo que tenga un trastorno.
Imagine una familia de dos hijos. Sin saber como empezó, la madre comienza ver cambios extraños en el comportamiento de su hijo, lo comenta con el padre el cual está muy ocupado con su trabajo. Confunden el nuevo comportamiento con “actitudes normales de la edad”. Pero el muchacho sigue diferente en sus actitudes, duerme menos y acusa a sus padres de preocuparse de su hermano más que de él. La madre quiere llevarlo al psicólogo, pero el padre decide intervenir.
El padre habla con el hijo, y éste le menciona que su mamá lo está presionando mucho y que no lo comprende. El padre piensa que el hijo tiene razón y le dice a la madre que baje sus exigencias. Pero la situación continua empeorando por varios años. La madre insiste al padre y lo llevan al psicólogo.
El psicólogo les dice que su hijo es muy inteligente pero que tiene un trastorno de la personalidad con paranoia y necesita terapia. Pero el hijo decide no asistir porque piensa que sólo tiene algunos problemas que él mismo debe resolver.
La crisis va en incremento. El hijo piensa que sus compañeros de clases se burlan de él. Ya nadie puede entrar a su cuarto e intentó pegarle dos veces a su madre.
A estas alturas a los padres “les cae el mundo encima”, pues ellos tenían otras expectativas para su hijo. Cuando su hijo tomó una caja de pastillas y lo llevaron de urgencia al hospital, les confirmaron la enfermedad mental. Ellos todavía no podían aceptar el problema y decidieron asistir con otros doctores pensando que el diagnóstico podría estar equivocado. Pero el diagnóstico seguía siendo el mismo…
Es normal que una familia pase por una etapa de negación en una situación como ésta. Sin embargo, le ayudaría al familiar enfermo a aceptar la enfermedad que tiene y apoyarlo en la situación que él está viviendo para proporcionarle un ambiente agradable y comprensivo y un tratamiento adecuado.
Recuerde:
La enfermedad mental no es una deshonra, ni tienen de que avergonzarse.
Se necesita la ayuda profesional y ajena para tratar una enfermedad mental.
La familia debe mantenerse unida y buscar soluciones.
No hay razón para buscar culpables, pues las enfermedades mentales son desórdenes biológicos del cerebro. No son causadas por tener padres malos o por ser débil de carácter.
Un hijo sigue siendo un hijo querido, aunque a veces se muestre hostil o hasta agresivo.
Cuando existe una negación por parte de un familiar, trate de que reciba la información correcta sobre la enfermedad, tratamiento y rehabilitación.
Las enfermedades mentales no son un ¡caso perdido! Presentan retos difíciles, pero apoyo y educación están disponibles.
Los usuarios de salud mental pueden lograr a llevar una buena vida llena de satisfacciones.
INTERESANTE Y CLARO ESTE ARTICULO, ES NECESARIO ROMPER CON LA NEGACION PARA QUE SU HIJO NO SE DETERIORE NO DEJEN PASAR EL TIEMPO ESCUCHEN AL PROFESIONAL Y DEJENSE AYUDAR
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