En las últimas décadas la enfermedad depresiva ha aumentado proporcionalmente más en los hombres que en las mujeres. En la población femenina convergen más factores de riesgo, como los hormonales en el ciclo menstrual, en el posparto y la peri menopausia, y los de personalidad, porque las mujeres tienden más a la autocrítica y a la baja autoestima. Sin embargo, los grandes cambios sociales de las últimas décadas han beneficiado a las mujeres y en cambio, no han sido bien asimilados por algunos hombrees todos los acontecimientos en torno a la liberación de la mujer han creado en cierto tipo de hombres la sensación de que se les ha movido la silla, de que han empezado a perder terreno y poder. Algunos lo hemos encajado muy bien y nos parece totalmente justo, pero otros no lo aceptan.Y así surge en gran medida la relación entre la depresión y los malos tratos en el hogar', admite Alonso-Fernández Aunque hay evidencias clínicas de que los enfermos depresivos no detectados acuden a las consultas de atención primaria más de seis veces al año, la depresión es una enfermedad infradiagnosticada.
En el 80% de los casos la depresión tiene un inicio progresivo y gradual, a veces tan silente e inespecífico que puede pasar inadvertida hasta para el propio paciente. A menudo el síndrome del retardo del sueño, por el que la persona se acuesta habitualmente a horas muy avanzadas, y trastornos de conducta, como la promiscuidad sexual o los comportamientos de violencia, están enmascarando un cuadro depresivo. Esto se observa sobre todo en adolescentes y jóvenes. Los síntomas de la depresión, según Alonso-Fernández, trascienden el ámbito de las alteraciones del humor:
'Numerosos pacientes no presentan tristeza ni desesperanza o apego a las ideas suicidas. Sin embargo, sí pueden tener síntomas de apatía, falta de energía, disfunciones sexuales;síntomas de discomunicación, como retraimiento social, mal humor, descuido en el arreglo personal y síntomas de ritmopatías, como alteraciones del sueño y gran fluctuación de los síntomas a lo largo del día o notables diferencias entre la mañana y la tarde'.
Algunos datos epidemiológicos revelan que sólo un 25% de los pacientes acierta a atribuir a la depresión su sufrimiento. Otro 25% mantiene que su enfermedad es un trastorno orgánico o funcional (atribuible a síntomas somáticos, como dolores de cabeza, alteraciones digestivas, inhibición del deseo sexual). Un 10% está convencido de que padece un trastorno psíquico puro, de tipo neurótico o ansioso. Y el 40% restante no se considera enfermo y achaca sus síntomas a las incidencias de la vida (problemas, preocupaciones) o a la propia forma de ser.< >El hombre tiene menos probabilidad de sufrir depresiones que la mujer. El hombre tiende a ser más reacio para admitir que tienen depresión. Por lo tanto, el diagnóstico de depresión puede ser más difícil de hacer. El hombre es diagnosticado menos que la mujer. La tasa de suicidio en el hombre es cuatro veces más alta que en la mujer. Sin embargo, los intentos de suicidio son más comunes en la mujer que en el hombre. A partir de los 70 años de edad, la tasa de suicidio en el hombre aumenta, alcanzando el nivel máximo después de los 85 años.
La depresión también puede afectar la salud física del hombre, aunque en una forma diferente a la de la mujer. Un estudio reciente indicó que la depresión se asocia con un riesgo elevado de enfermedad coronaria (infartos de corazón) en ambos sexos. Sin embargo, sólo el hombre tiene una tasa alta de muerte debida a una enfermedad coronaria que se da junto con un trastorno depresivo.
El alcohol y las drogas enmascaran la depresión en el hombre más comúnmente que en la mujer. Igualmente, el hábito socialmente aceptable de trabajar en exceso, puede enmascarar una depresión. En el hombre, no es raro que la depresión se manifieste con irritabilidad, ira y desaliento, en lugar de sentimientos de desesperanza o desamparo. Por lo tanto, puede ser difícil de reconocer. Incluso cuando el hombre se da cuenta de que está deprimido, comparado con la mujer, tiende menos a buscar ayuda. El apoyo familiar generalmente es una ayuda importante. Algunas compañías ofrecen programas de salud mental para sus empleados. Estos pueden ser de gran ayuda para el hombre. Es importante que el hombre deprimido entienda y acepte la idea que la depresión es una enfermedad real que requiere tratamiento.
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