NA es una confraternidad o asociación sin ánimo de lucro compuesta por hombres y mujeres
para quienes las drogas se habían convertido en un problema muy grave. Somos adictos en
recuperación y nos reunimos con regularidad para ayudarnos a permanecer «limpios». Este es
un programa de abstinencia completa de todo tipo de drogas. Sólo hay un requisito para ser
miembro: el deseo de dejar de consumir. Sugerimos que mantengas una mente abierta para
poder aprovechar esta oportunidad. Nuestro programa consiste en una serie de principios
escritos de forma sencilla a fin de poder seguirlos diariamente. Lo más importante es que
¡funcionan!
En NA no te verás obligado a nada. No estamos afiliados a ninguna otra organización, no
tenemos cuotas de inscripción ni se pagan honorarios, no obligamos a nadie a que firme ningún
documento ni a que haga promesa alguna. No estamos asociados a ningún grupo político,
religioso ni policial, y no estamos sometidos a la vigilancia de nadie. Cualquier persona puede
unirse a nosotros sin que importe su edad, raza, identidad sexual, credo, religión ni la falta de
esta última.
No nos interesa saber qué droga consumías ni qué cantidad, con quién te relacionabas, qué
has hecho en el pasado, lo mucho o lo poco que tienes, sólo queremos saber qué quieres hacer
con tu problema y cómo podemos ayudarte. El recién llegado es la persona más importante en
nuestras reuniones, porque sólo podemos conservar lo que tenemos en la medida en que lo
compartimos con otras personas. Nuestra experiencia colectiva nos ha enseñado que las
personas que asisten a nuestras reuniones con regularidad se mantienen limpias.
¿Por qué estamos aquí?
Antes de llegar a NA no podíamos con nuestra vida. No podíamos vivir ni gozar de la vida
como lo hacen otros. Teníamos que tener algo diferente y pensábamos haberlo encontrado en
las drogas. Anteponíamos su consumo al bienestar de nuestras familias, parejas e hijos.
Teníamos que tener drogas a toda costa. Hicimos daño a muchas personas, pero sobre todo nos
lo hicimos a nosotros mismos. Debido a nuestra incapacidad para aceptar las responsabilidades
personales, nos creábamos nuestros propios problemas. Parecíamos incapaces de afrontar la
vida tal como es.
La mayoría nos dimos cuenta de que con nuestra adicción nos estábamos suicidando
lentamente; pero la adicción es un enemigo de la vida tan astuto, que habíamos perdido la
fuerza para poder detenernos. Muchos terminamos en la cárcel o buscamos ayuda en la
medicina, la religión o la psiquiatría. Ninguno de estos métodos nos bastó. Nuestra enfermedad
siempre reaparecía o seguía avanzando hasta que, desesperados, buscamos ayudarnos los unos
a los otros en Narcóticos Anónimos.
Después de llegar a NA nos dimos cuenta de que estábamos enfermos. Padecemos una
enfermedad que no tiene cura conocida. Sin embargo, puede detenerse en un momento dado y
la recuperación es entonces posible.
Cómo funciona
Si quieres lo que te ofrecemos y estás dispuesto a hacer el esfuerzo para obtenerlo, entonces
estás preparado para practicar ciertos pasos. Estos son los principios que han hecho posible
nuestra recuperación.
1. Admitimos que éramos impotentes ante nuestra adicción, que nuestra vida se había vuelto
ingobernable.
2. Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podía devolvernos el sano juicio.
3. Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios, tal como lo concebimos.
4. Sin miedo hicimos un detallado inventario moral de nosotros mismos.
5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de
nuestras faltas.
6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de
carácter.
7. Humildemente le pedimos que nos quitase nuestros defectos.
8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos hecho daño y estuvimos
dispuestos a enmendarlo.
9. Enmendamos directamente el daño causado a aquellas personas siempre que nos fuera
posible, excepto cuando el hacerlo perjudicaría a ellos o a otros.
10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo
admitíamos rápidamente.
11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro contacto consciente con
Dios, tal como lo concebimos, pidiéndole solamente conocer su voluntad para con nosotros y
la fortaleza para cumplirla.
12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de
llevar este mensaje a los adictos y de practicar estos principios en todos los aspectos de
nuestra vida.
Esto parece una tarea demasiado grande y no podemos hacerla toda a la vez. Recuerda que
nuestra adicción no se produjo de la noche a la mañana. Tómalo con calma.
Lo que más nos derrotará en nuestra recuperación es una actitud de indiferencia o
intolerancia hacia principios espirituales. Tres de éstos son indispensables: honestidad,
receptividad y buena voluntad. Con ellos vamos por buen camino.
Creemos que nuestra forma de abordar la enfermedad de la adicción es totalmente realista,
ya que el valor terapéutico de un adicto que ayuda a otro no tiene igual. Creemos que nuestro
método es práctico, ya que el adicto es la persona que mejor puede comprender y ayudar a otro
adicto. Creemos que cuanto antes encaremos nuestros problemas dentro de la sociedad, en
nuestra vida diaria, tanto más rápidamente nos convertiremos en miembros aceptables,
responsables y productivos de esta sociedad.
La única forma de no volver a la adicción activa es no tomar esa primera droga. Si eres como
nosotros, sabrás que una es demasiado y mil no son suficientes. Ponemos mucho énfasis en esto,
ya que sabemos que cuando consumimos drogas de cualquier tipo o sustituimos unas por otras,
volvemos a caer en la adicción.
Pensar que el alcohol es diferente a otras drogas ha causado la recaída de muchos adictos.
Antes de llegar a NA, muchos de nosotros considerábamos el alcohol como algo aparte. Sin
embargo, no podemos darnos el lujo de estar confundidos: el alcohol es una droga. Padecemos
la enfermedad de la adicción y si queremos recuperarnos debemos abstenernos de todo tipo de
drogas.
Las Doce Tradiciones de NA
La única forma de mantener lo que tenemos es a través de la vigilancia y así como la libertad
para el individuo proviene de los Doce Pasos, la libertad colectiva emana de nuestras
tradiciones.
Siempre que los lazos que nos unan sean más fuertes que aquéllos que puedan separarnos,
todo marchará bien.
1. Nuestro bienestar común debe tener prioridad; la recuperación personal depende de la
unidad de NA.
2. Para el propósito de nuestro grupo sólo hay una autoridad fundamental: un Dios
bondadoso tal como pueda manifestarse en nuestra conciencia de grupo. Nuestros líderes
no son más que servidores de confianza; no gobiernan.
3. El único requisito para ser miembro es el deseo de dejar de consumir.
4. Cada grupo debe ser autónomo, excepto en asuntos que afecten a otros grupos o a NA en su
totalidad.
5. Cada grupo tiene un solo propósito primordial: llevar el mensaje al adicto que todavía sufre.
6. Un grupo de NA nunca debe respaldar, financiar ni prestar el nombre de NA a ninguna
entidad allegada o empresa ajena, para evitar que problemas de dinero, propiedad o
prestigio nos desvíen de nuestro propósito primordial.
7. Todo grupo de NA debe mantenerse a sí mismo completamente, negándose a recibir
contribuciones externas.
8. Narcóticos Anónimos nunca tendrá carácter profesional, pero nuestros centros de servicio
pueden emplear trabajadores especializados.
9. NA, como tal, nunca debe ser organizada, pero podemos crear juntas o comités de servicio
que sean directamente responsables ante aquéllos a quienes sirven.
10. NA no tiene opinión sobre cuestiones ajenas a sus actividades; por lo tanto su nombre nunca
debe mezclarse en polémicas públicas.
11. Nuestra política de relaciones públicas se basa más bien en la atracción que en la promoción;
necesitamos mantener siempre nuestro anonimato personal ante la prensa, la radio y el cine.
12. El anonimato es la base espiritual de todas nuestras tradiciones, recordándonos siempre
anteponer los principios a las personalidades.
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