"No, somos seres espirituales que tratan de ser humanos." (Jacquelyn Small)
El escritor inglés D.H. Lawrence se preguntaba si las mujeres eran humanas y el interrogante le fascinaba tanto, que a menudo se ocupó de él en su obra. "El hombre está dispuesto a aceptar a la mujer como igual, como hombre con faldas, como ángel, diablo, cara aniñada, máquina, instrumento, seno, útero, par de piernas, sirvienta, enciclopedia, ideal u obscenidad; de la única manera que no quiere aceptarla es como ser humano, un auténtico ser humano de sexo femenino.
Quizá si a los hombres les cuesta tanto aceptarnos como seres humanos es porque no lo somos y muy en el fondo todo el mundo sabe que no lo somos.
Olvidamos que somos seres espirituales que aparecemos durante un breve período en este planeta bajo la forma de seres humanos. Los seres espirituales no sudan por las pequeñeces de la vida real. También saben que la mayoria de las cosas que sacan de quicio en la vida real son pequeñeces.
Lo único que no es una pequeñez es la razón de tu presencia en la tierra: encontrar parte del corazón perdido del mundo que sólo tú puedes rescatar con tu amor y tus dones auténticos y devolverlo luego, para que todos nosotros podamos experimentar la plenitud.
Un ser espiritual sabe que no hay límite de tiempo. Los límites de tiempo son Chronos, el tiempo del mundo; la Divinidad conoce solamente Kairos, la eternidad.
El plazo de entrega se cumplirá si me acuerdo de pedir gracia. Un ser espiritual sabe que lo único que no es una pequeñez hoy es cuidarnos y confortarnos.
Puede que ese ser espiritual lo hubiera podido saber también si esta mañana se hubiera tomado cinco minutos para centrarse.
No olvidemos jamás que las mujeres fueron la culminación del ciclo de creatividad del Espíritu. Después de la creación de la mujer, la sabiduría se dió cuenta de que no había necesidad de ir más allá; este ser espiritual salvaría el mundo.
De nosotras se esperan grandes cosas.
Comentarios
Publicar un comentario