El Zen dice que si tiras a un lado el conocimiento – y junto con el conocimiento todo está incluido; tu nombre, tu identidad, todo, porque esto te ha sido dado por otros – si tú tiras todo lo que te ha sido dado por otros, tendrás una cualidad de tu ser totalmente diferente: la inocencia. Esto será una crucifixión de la persona, la personalidad, y tendrá lugar una resurrección de tu inocencia. Te convertirás en un niño de nuevo, renacido.
Osho
Comentario:
El hombre viejo en esta carta irradia un deleite inocente al mundo. Hay un sentido de gracia rodeándolo, como si estuviera en casa consigo mismo y con lo que la vida ha traído. Parece tener una comunicación juguetona con la esquila en su dedo, como si ambos fueran los mejores amigos. Las flores rosas cayendo a su alrededor representan un tiempo de dejar ir, relajación y dulzura. Son una respuesta a su presencia, un reflejo de sus propias cualidades.
La inocencia que viene con una profunda experiencia de vida es cándida, pero no infantil. La inocencia de los niños es hermosa, pero ignorante. Será reemplazada por desconfianza y duda cuando el niño crece y aprende que el mundo puede ser un peligroso y amenazador lugar. Pero la inocencia de una vida vivida de manera completa tiene una cualidad de sabiduría y de aceptación de la siempre-cambiante sorpresa de la existencia
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