Ir al contenido principal

Siete tips para discutir sin enfadarse


Estás en un bar bebiendo algunas copas con los amigos y conversando relajadamente sobre los cambios políticos más recientes. De pronto alguien saca a colación un tema problemático y todos terminan discutiendo acaloradamente.

Esta situación se puede repetir con la pareja, en una cena en familia o en el centro de trabajo. No obstante, sin importar el contexto, el resultado casi siempre es el mismo: terminamos enfadados. Lo curioso es que después que repensamos fríamente la situación nos damos cuenta que el tema ni siquiera era tan importante como para enfadarse pero perdimos los estribos, gritamos e incluso agraviamos al interlocutor de una forma más o menos explícita.

Y la verdad es que enfadarse nunca vale la pena. Podemos discutir de una forma civilizada, con un tono de voz más bajo y sin agredir a nadie sino respetando los puntos de vista diversos del nuestro. Es algo difícil de lograr pero no imposible.


La discusión por dentro

Casi siempre una discusión comienza con un desencuentro de criterios. Una persona tiene una idea que nosotros no compartimos. En este punto solemos adoptar un estilo quijotesco, nos ponemos nuestra armadura y nos disponemos a arremeter contra los molinos de viento. No solo queremos que nuestro criterio sea escuchado sino que deseamos que prevalezca y que los demás lo compartan. En fin, deseamos vencer al interlocutor, convencerlo de que sus ideas son erradas.

Cuando iniciamos una discusión con una premisa del tipo “idea ganadora – idea perdedora”; ya hemos dado el primer paso equivocado. La discusión es un momento para intercambiar ideas, escuchar diferentes puntos de vista y enriquecer nuestra perspectiva. Un tema de discusión no es un campo de batalla sino más bien un laboratorio donde cada uno aporta sus propias experiencias y reflexiones.

Además, cuando estemos en medio de una discusión es importante tener en cuenta que hacer cambiar de criterio a una persona es una tarea difícil y a veces ni siquiera es importante. Esto no quiere decir que debemos adoptar una postura del tipo: “¿para qué se lo voy a decir? Ni siquiera lo va a entender” sino que debemos dejar claros nuestros criterios pero sin atacar al otro y sin intentarlo convencer a toda costa.


¿Por qué nos enfadamos?

Detente un segundo y ve atrás en el tiempo. Recrea tu última discusión.

De seguro te darás cuenta que el enfado no proviene solo del hecho de que la otra persona tiene ideas contrapuestas a las tuyas sino de la forma en la cual transcurre la discusión. Es decir, cuando se eleva el tono de voz, cuando asumimos posturas corporales de enfrentamiento y nuestro rostro expresa enfado; percibimos agresividad y respondemos con agresividad.

Obviamente, somos seres humanos y por ello nuestra comunicación está impregnada de emociones, con sus respectivos tonos negativos y positivos. Sin embargo, también somos capaces de regular nuestras emociones y la discusión es un momento ideal para poner en práctica nuestro autocontrol emocional. En fin, no se trata de ocultar lo que sentimos sino de canalizar asertivamente nuestras ideas en el respeto al otro.


Tips para discutir sin enfadarse

1. Respeta a tu interlocutor como desearías que te respetasen a ti; por ende, no lo agredas verbalmente.

2. Asume la discusión sin intentar cambiar al otro. Simplemente limítate a exponer de manera clara y sencilla tus puntos de vista.

3. No asumas que estás en un campo de batalla donde habrá un vencedor y un derrotado. La discusión es un espacio para intercambiar ideas y que ambos salgan enriquecidos.

4. Escucha a tu interlocutor. A veces en una discusión no se escucha lo que el otro dice porque nuestra mente está preparando el próximo argumento para rebatir sus ideas.

5. Regula la emocionalidad. Controla los movimientos excesivos de las manos y baja el tono de voz, de esta forma el interlocutor no se sentirá amenazado y probablemente responderá con una actitud más abierta al diálogo.

6. Ten la mente abierta a perspectivas diferentes a la tuya. En ocasiones somos nosotros quienes podemos partir de una idea errada pero si optamos por parapetarnos detrás de ella no lograremos crecer ni expandir nuestros horizontes.

7. Respira profundamente, detente un segundo y pregúntate si la discusión va por buen camino. Si no es así, simplemente puedes posponerla o cerrarla.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

aceptar la realidad....

¿Qué es el conflicto? Cuando no aceptamos los hechos, lo que realmente es, cuando escapamos hacia algo llamado un ideal -el opuesto de ‘lo que es’- entonces el conflicto es inevitable. Cuando uno es incapaz de mirar y observar lo que realmente está haciendo y pensando, entonces evade lo que es y proyecta un ideal; en consecuencia, hay conflicto entre ‘lo que es’ y ‘lo que debería ser’. Si son ustedes serios, verán que existe una manera de vivir en la que no hay ninguna clase de conflicto. Si se interesan en esto, si realmente les importa, si desean encontrar un modo de vivir en que no exista ese sentido de esfuerzo inútil, entonces, por favor, presten cuidadosa atención al hecho, a la verdad de lo que se expresa, de modo que ello sea la propia observación de ustedes. El conflicto existe cuando, haciendo caso omiso de lo que realmente ocurre, traducimos lo que ocurre en términos de un ideal -de lo que ‘debería ser’- cuando transformamos el hecho en un concepto que hemos aceptado o que n

JOYAS DEL AGNI YOGA....

PELIGROS DE LA IRRITACIÓN El veneno resultante de la irritabilidad se llama "imperil" - un peligro dominante. Ese veneno, absolutamente concreto, se precipita sobre las paredes de los canales nerviosos y, de ese modo, se esparce por todo el organismo. (...) Solamente el descanso puede ayudar al sistema nervioso a vencer ese peligroso enemigo, que tiende a provocar las más variadas irritaciones y contracciones penosas del organismo. (...) Cuanto más sutil es el sistema nervioso, más penosa resulta la precipitación del imperil. Ese mismo veneno, con un ingrediente, puede contribuir para la descomposición de la materia. Los organismos especialmente sensibles pueden comprobar que durante el período de mayor intensidad de las manchas solares, los rayos de dicho astro, por su cualidad, se vuelven insoportables para ellos. También durante la caída de grandes meteoros se puede sentir un estremecimiento del sistema nervioso. Hasta ahora, las personas han sido incapaces de tomar

Ceremonia de 4 tabacos

Ceremonia de cuatro tabacos La ceremonia de cuatro tabacos tiene su origen en Norteamérica y en la parte norte de México, la practicaban diferentes tribus indígenas de las praderas, y dependiendo del lugar se utilizaban diferentes plantas, cantos y rezos, pero en esencia el ritual se conserva, siendo un espacio de conexión con el cosmos, para orar, liberarse, sanar, pedir fuerza y agradecer al gran espíritu. La ceremonia se realiza exclusivamente en la noche porque es en este momento cuando el misterio se cierne sobre la tierra y los espíritus están más propensos a manifestarse. El ritual se inicia más o menos a las 9 pm y se extiende hasta las 7 de la mañana”. El hombre del fuego se encarga de mantener toda la noche encendida la hoguera ceremonial, las llamas deben estar elevadas hasta el amanecer y a lo largo del ritual con las brasas que deja el fuego se arman diseños, se dibuja primero una media luna junto al tabaco del propósito, luego un corazón con el tabaco del a