El que se conoce a si mismo mantiene el equilibrio
Este eficaz método que utiliza solamente elementos naturales, como flores de plantas silvestres, arbustos, árboles y hasta agua de manantial, es capaz de equilibrar estados emocionales y convertirse también en una herramienta recomendable para el autodescubrimiento.
No hay que esperar tener una dolencia física para aprovechar este recurso sino que se puede emplear siempre que el estado mental o emocional esté alterado, con la ventaja de que al mismo tiempo se podrá tomar conciencia de cuáles son las tendencias del carácter que provocan estos desequilibrios.
De todos modos nunca se deberá aplicar una fórmula teniendo en cuenta un síntoma físico sino que la prescripción se deberá centrar en los estados emocionales del presente; porque las flores no actúan preventivamente, sino en el aqui y ahora, por lo tanto es inútil tomarlas para evitar desequilibrios.
Los estados mentales alterados y las emociones negativas, como el miedo, las preocupaciones y el stress, disminuyen las defensas naturales del cuerpo y no solo contribuyen a prolongar las enfermedades sino que influyen en las funciones corporales favoreciendo la aparición de síntomas físicos y toda clase de patologías orgánicas.
Por esta razón, cuanto más se conozca la forma personal de asimilar las experiencias, mayor será la posibilidad de evitar estos hábitos nocivos de comportamiento.
Las flores cambian la forma de ver las cosas y actúan de afuera hacia adentro, o sea equilibrando primero los síntomas emocionales más superficiales para posteriormente revelar los más profundos.
Se comienza tratando las emociones que emergen en el presente, las cuales darán lugar a otras diferentes que se expresarán con síntomas distintos. De manera que paso a paso se irá revelando el conflicto real inconsciente que subyace a toda la gama de síntomas que lo están expresando.
Las flores de Bach no tienen contraindicaciones y nunca pueden provocar reacciones adversas, aún si se toman aquellas que no son las adecuadas y además son compatibles con cualquier medicamento.
La intención del doctor Edward Bach era que cada persona tuviera la posibilidad por si sola de seleccionar las flores que necesita para lograr un cambio en el modo de ver la realidad, alcanzar el equilibrio mental y la paz interior y llegar así a tener una vida más feliz.
Es importante aprender a observar las propias reacciones:
Cuando se sienta apurado, cansado o enojado, Impatiens será lo indicado.
Para la depresión Gentian o Mustard será la solución.
Si está haciendo un esfuerzo para agradar Agrimony lo resolverá.
Cuando lo invada la autocompasión Chicory es la recomendación;
Si está desatento tome Clematis al momento;
Cuando se sienta muy exigido Willow será su amigo;
Si está asustado, Mimulus lo habrá consolado.
Cuando necesite protección Vine será la acción y
si el terror lo domina Rock Rose será la salida.
Para el que está en la duda Scleranthus lo ayuda.
Si a mucha gente necesita consultar, Cerato lo va a cambiar.
Cuando lo invadan los pensamientos White Chestnut lo liberará
del tormento
Si siente celos, envidia o desconfianza, Holly es la esperanza.
Si percibe suciedades inexistentes Crabb Apple limpiará su mente
Si desea suicidarse Cherry Plum lo hará retractarse
y si siente culpa Pine lo disculpa.
Éstas son algunas de las 38 flores de Bach que existen en total, cada una de ellas destinadas a equilibrar los trastornos emocionales para actuar sobre los distintos estados de ánimo.
Estar alerta ante cualquier señal de cambio en la conducta es la mejor manera de llegar a reconocer cuál es el verdadero conflicto.
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