¿En qué creen quienes no creen en el amor?
Cuando el amor es sólo una tarjeta de felicitaciones.
Muchas mujeres estamos ilusionadas con el amor, con la relación que hemos logrado o que soñamos tener un día…
Otras dicen no creer en el amor, que son vanas ilusiones, que el amor no existe.
Pero, ¿por qué no creen en el amor? ¿Podrían llevar algo de razón? Y si alguien no cree en el amor, ¿en qué cree?
Somos un cúmulo de experiencias, todo lo que nos acontece nos permite actuar. Acción u omisión forman parte de nuestras elecciones, y de tomar partido por lo que queremos para nuestra vida.
Cuando las experiencias en el terreno amoroso no han sido satisfactorias y hemos “sufrido” los avatares del ser amado, vamos creando una costra en nuestra alma y tejemos pensamientos negativos respecto del amor.
Hay mujeres que creen en el amorcomo una posibilidad de vida, otras que lo rechazan. Si no creemos en el amor, ¿En qué creemos?
Se dice que los seres humanos sólo tenemos dos emociones: miedo y amor; claro, luego existen infinidad de sinónimos para referirnos a lo mismo. Los psicólogos establecen que podemos pararnos en el umbral del Amor o del Miedo, que podemos oscilar de un punto al otro; pero que definitivamente no podemos estar en los dos al mismo tiempo.
Asumo que quién no cree en el amor, no cree porque no tiene experiencias positivas al respecto. Cuando digo positivo quiero decir que no tiene la sensación de ganancia, de no lograr vincular algún episodio de su vida con un extra, o valor agregado que el amor supiera darle. Será que en sus primeros años no lo recibió de sus padres; su contextofamiliar ha sido frío y distante; o en la adolescencia /adultez ha vivido traumáticas relaciones.
Es decir, quién no cree en el AMOR, está parada en el MIEDO; en un lugar oscuro que prediga limitaciones, que no dejar crecer, avanzar y correr riesgos. De una u otra forma es un lugar de “cuidado y protección,” el miedo se instala en la mente para “defendernos” de algo que puede ocurrir.
Si vivimos viendo una relación con abusos físicos y mentales; y nuestros padres o madres nos enseñaron que eso era amor, lo repetiremos en nuestras relaciones; porque hemos sido amamantadas con esas creencias. Salir de ellas implica una gran fuerza interior. Lo mismo sucede cuando sostenemos relaciones tortuosas de pareja; en dónde el varón miente, humilla, lastima, una y otra vez; hasta que la desilusión se hace carne. Y decimos: ¡Basta, ya no quiero conocer a nadie! ¡el amor me hace daño!
Pero escucha muy bien amiga, el amor no hace eso; eso no es amor, puede ser una energía vigorosa de pasión; un encantamiento, pero no es amor.
El amor es una energía sublime, que respeta, que crea, que genera, y multiplica. Cuando uno ama en honestidad emocional y recibe el mismo trato, fluye, vibra, siente.
Cuando “no creemos” en base a nuestras experiencias nos estamos “protegiendo” de lo que pueda suceder.
Es imperioso entender que lo que hemos conocido “no fue amor”. El amor es otra cosa.
Quizás muy pocos conozcan el amor; creo que es un encuentro mágico y único; tal vez necesitemos andar y rodar para prepararnos antes de comenzar la maestría del amor.
Cuando tememos nos alejamos de lo que anhelamos; permanecemos esclavos a la conversación interna que nos dice “No, no te muevas; te puedes caer, te puedes lastimar”.
Encerrarnos en una burbuja de salubridad puede ahorrarnos algunas heridas, pero también mucho gozo.
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