Morir para volver a nacer… naciendo como ya lo hicimos en nuestro primer día de vida, pero ya con la conciencia de lo que en realidad somos y qué venimos a hacer en este mundo! Porque en nuestro primer nacimiento llegamos con un potencial puro y total, pero con la inconsciencia e ingenuidad de cualquier bebé que llega al mundo para aprender a sobrevivir! Y es con la edad cuando, a través de este aprendizaje diario que es la vida, llegamos a descubrir lo que verdaderamente somos y eso nos confiere la sabiduría y experiencia necesarias para morir a lo que fuimos y volver a nacer a lo que somos en realidad y merecemos ser!
Ese y no otro es el significado de la Semana Santa, aunque muchas gente se pierda en ceremonias y ritos folclóricos que representan la devoción religiosa a la pasión de Jesucristo. Y es quizás por ello que ha calado ese mensaje que considero peligroso y que ha transmitido la iglesia, que reza que esta vida es “un valle de lágrimas” y nada más! De ahí a la resignación ante el sufrimiento y la adversidad, sin hacer nada por evitarlo o, simplemente, sin hacer lo necesario para llegar a ser feliz…aunque para ello debamos morir -sí, con algo de sufrimiento, es verdad- para deshacernos de todo aquello que nos impide la felicidad! Deberíamos ser capaces de no incidir tanto en el sufrimiento y sí hacerlo en que éste es el camino de la renovación y, por tanto, de la felicidad!
Dejar atrás lo viejo y conocido da miedo, es verdad! Adentrarse en lo desconocido y mágico de la vida, da también miedo, es verdad! Pero asumir, aceptar y resignarse ante el sufrimiento crónico es estar muerto en vida, es decir, no vivir lo que merecemos vivir! Asumir la infelicidad es renegar de la felicidad que tenemos derecho a vivir… aunque debamos vivir ambas, para elegir qué queremos para nuestra vida! Sufrir por sufrir es una manera masoquista y cruel de malvivir! Solo con sentido el sufrimiento se convierte en la puerta a la consciencia plena y a la siempre posible felicidad!
No hemos llegado a esta vida para sufrir y demostrar nuestra tolerancia y paciencia ante el sufrimiento propio o ajeno, aunque alguien lo diga! En todo caso, hemos llegado aquí para sufrir y gracias a ello aprender a dejar de hacerlo y ser felices! Ya sé que es fácil decirlo…y no tan fácil admitirlo mientras estás sufriendo. ¿Conoces a alguien que no sufra por algún motivo u otro? ¿Crees que hay alguien exento de sufrir? Lamento decirte que el sufrimiento no es más que la resistencia a aceptar la realidad, aunque a veces ésta sea dura! Es humano sentir dolor por algo o alguien en nuestra vida…pero el sufrimiento es la prolongación artificial de ese dolor para rechazarlo, ignorarlo o evitarlo, cuando no encaja en nuestros planes y expectativas ante la vida!
Pero cuando ese dolor se encapsula y se convierte en sufrimiento crónico, eso nos condena a vivir dolorosamente, en vez de buscar tras él la superación personal y el crecimiento! Lamentablemente conozco demasiadas personas viviendo resignadas a la infelicidad y sin valor de buscar su felicidad tras ella! Es más, durante demasiados años de mi vida yo era uno de ellos y, por tanto, me rodeaba de personas así, pues siempre me creí alguien con positivismo suficiente como para recordar la humana necesidad de luchar por la felicidad! Pero mi positivismo era artificial, era solo una actitud para sobrevivir, aunque mis palabras vacías y mi propia manera de vivir sirvieran de ejemplo para que ciertas personas recordaran su derecho a ser felices de nuevo, tras el dolor! Aunque también es verdad que muchas de ellas se equivocaron pensando que era yo quien les había traído la felicidad a sus vidas hasta entonces desdichadas…
Nadie puede evitar tu dolor, es una emoción humana! Así como nadie puede cambiar tu sufrimiento voluntario y resignado por una felicidad crónica y completa! La felicidad está en tu interior… y, en todo caso, alguien que te quiera puede recordarte que está y siempre ha estado ahí! Eso es tal vez lo único que alguien puede hacer por ti, con amor! Pero el sufrimiento recuerda que no es más que una opción de vida y que vivirlo o no depende esencialmente de ti! Si buscas una razón para ser feliz fuera de ti, solo prolongarás el sufrimiento…
No querría insistir que nuestro mundo y casi todo lo construido humanamente en él -incluidas las doctrinas religiosas- está basado en crear, mantener y prolongar nuestro sufrimiento, porque eso nos hace débiles y vulnerables ante los demás y todo lo que nos rodea! La sociedad es así… desde siempre! Pero, más allá de todo ello, está el derecho personal e irrenunciable a ser feliz… dejando de sufrir! Si miras atrás o a los demás, verás poca felicidad y demasiada resignación ante el sufrimiento! Si, en cambio, miras adentro, verás que al lado del dolor también hay alegría…y que muchas veces tu puedes eligir qué deseas sentir y vivir! La verdad es que ambos -dolor y alegría- son consustanciales al ser humano… pero eso no significa que debas evitar ninguno de ellos, pues ambos forman parte de ti… El día que descubres ésto y lo aceptas, te das cuenta de que todo en tu vida tiene su propio sentido… y que compartirlo con amor te hace feliz!
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