por Enrique Monterroza
La vida diaria está llena de decisiones de toda clase, desde las que consideramos no tan importantes, hasta las que consideramos de suma importancia. La pregunta es:
¿Qué clase de decisiones estas tomando? ¿Correctas?, ¿Incorrectas? ¿Impulsivas? Y si las decisiones que tomas no eran las adecuadas, dichas decisiones por casualidad ¿No fueron apresuradas?
Todos tomamos decisiones diariamente, desde decisiones sencillas como: ¿Qué vestuario me pondré hoy?, hasta decisiones importantes que determinaran nuestro presente y futuro.
Pueda que hoy estés a punto de tomar una decisión que influirá mucho en tu manera de vivir, quizá te sientas un poco presionado o con temor, ya que la decisión a tomar es muy delicada.
¿Qué hacer para tomar una buena decisión?
Primero: Relájate y descansa en tu consciencia.
Descansar en tu consciencia es ese sentimiento de paz que me lleva a comprender que mi vida está en orden. Es aquella tranquilidad que aparece a pesar de que la situación es muy difícil, pero mi confianza en que soy una persona que actúa correctamente, actuara me hará estar tranquilo frente a cualquier situación que se presente. Antes de tomar una buena decisión tienes que relajarte, descansar, pero sobre todo confiar en lo correcto te guiara a tomar la mejor decisión.
Segundo: Reflexiona bien en los resultados que puedas obtener.
Luego que estés relajado y confiando en tu consciencia, piensa bien sobre la decisión que vas a tomar, reflexiona sobre el hecho de que si esa decisión es respaldada por una buena intención o si va en contra de lo que dice tu consciencia.
Medita en los resultados que esa decisión puede traer. Piensa en todos los “pro” y los “contra”. Jamás tomes una decisión cuando estés enojado, ni cuando las emociones estén a flor de piel, porque dichas decisiones casi nunca resultan bien.
La mejor forma de tomar decisiones es cuando la cabeza este fría, cuando no haya emociones ni intereses emocionales de por medio y cuando se ha reflexionado muy bien sobre si perjudicarás a alguien con lo que vas a hacer.
Tercero: Nunca te apresures, tomate el tiempo necesario.
Obviamente hay decisiones que tendremos que tomar rápidamente, quizá en minutos, pero las grandes decisiones casi siempre son de vida y esas se las toma con más tiempo. Si algo te ayudara a tomar una buena decisión es haberla meditado por mucho tiempo antes de tomarla.
A veces no hay prisa, pero por apresurados a veces las cosas no salen como hubiéramos querido.
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