AQUELLA MUJER
Había aprendido a vivir con sus heridas,
algunas eran ya viejas cicatrices,
otras en cambio..
todavía abiertas, a veces dolían.
Pero todas, absolutamente todas,
le habían servido, en el correr del tiempo,
para crecer y ser mejor.
No renunciaría a ninguna.
De eso estaba segura,
por que configuraban, lo que ahora,
era su peculiar e intensa manera de amar la vida.
Había aprendido a vivir con sus heridas,
algunas eran ya viejas cicatrices,
otras en cambio..
todavía abiertas, a veces dolían.
Pero todas, absolutamente todas,
le habían servido, en el correr del tiempo,
para crecer y ser mejor.
No renunciaría a ninguna.
De eso estaba segura,
por que configuraban, lo que ahora,
era su peculiar e intensa manera de amar la vida.
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