La ansiedad se manifiesta de forma diferente en cada persona
En muchas ocasiones no somos conscientes de que padecemos la ansiedad o algún trastorno relacionado con ella. Los síntomas de la ansiedad pueden ser muy numerosos y cada persona experimenta un conjunto particular de síntomas que determinan el tipo de trastorno que padece.
La ansiedad se presenta en forma de
Pensamientos y creencias
Sensaciones
Conductas observables
Algunas personas presentarán síntomas en todas las áreas y otros sólo en una o dos de ellas.
El pensamiento y la ansiedad
Los ansiosos no piensan como el resto de las personas, sus pensamientos son, en general, una fuente de estímulos que generan la sensación de ansiedad, entre los que más generan este problema están:
La necesidad de aprobación
Estar siempre preocupado de lo que los demás piensen se uno mismo.
Perfeccionismo
Pensar que un error es motivo de descalificación y no de su conducta, sino de su persona. Viven las fallas como una demostración de su fracaso personal.
Sobredimensionar la gravedad de las cosas
Los eventos negativos los observan de manera exagerada y eso les genera mayor ansiedad.
Predecir lo peor en el futuro
Tienen la mente colocada en el futuro y predicen lo peor que puede pasar de los acontecimientos. Les cuesta trabajo ser optimistas.
Pensamiento y descontrol
Viven en un estado de constante preocupación pensando, generalmente, que en cualquier momento puede ocurrir algo desagradable. Recurren a las fantasías catastróficas, es decir, que todo puede ser el detonante de una desgracia personal, familiar, social, etc.
Mala concentración
La persona ansiosa, al tener su mente puesta en el futuro o en las posibles catástrofes que pueden ocurrir en su vida, tienen problemas para concentrarse en el aquí y el ahora, en poner su atención plena en lo que están haciendo y en la memoria a corto plazo, olvidando los acontecimientos recientes por no ser muy conscientes de ellos.
La ansiedad en el cuerpo
La ansiedad siempre va acompañada de sensaciones físicas, no es algo que está solo en lacabeza de las personas. Pueden ser manifestaciones en el organismo que varían entre una persona y otra, pero las más comunes son:
Opresión continua en el pecho y falta de aire o dificultad para respirar.
Opresión (nudo) en la garganta.
Ritmo acelerado.
Aumento de la presión.
Mareo.
Fatiga crónica (producido también por una forma inadecuada de respirar, es decir, una respiración corta, sólo a la altura del pecho, sin llegar a ser una respiración abdominal).
Problemas digestivos: colitis, gastritis, mala digestión, inflamación intestinal, estreñimiento.
Dolor en todo el cuerpo.
Tensión muscular.
Sudoración.
Si la persona no atiende los síntomas de la ansiedad crónica, estos problemas de salud pueden volverse crónicos y, consecuentemente irse complicando con el tiempo llegando a ser un verdadero riesgo para la persona.
La evitación alivia momentáneamente la ansiedad y la agrava a largo plazo
Una persona ansiosa se caracteriza por su tendencia a la evitación. Un ansioso hace cualquier cosa por alejarse y evitar lo que le genera ansiedad, se trate de las multitudes, los lugares cerrados, algún tipo de animal o de personas, reuniones sociales, hacer llamadas, hablar en público, mirar a la cara, pagar sus deudas, pedir ayuda, etc.
La evitación, en un primer momento, genera alivio a las sensaciones de ansiedad y por tanto, la persona se siente un poco mejor al momento de evitar hacer algo, pero, a largo plazo, la evitación hace que la ansiedad se mantenga o se intensifique.
Como ejemplo de ello piense en alguien que teme a los ratones. En cuanto ve uno, sale corriendo y jamás lo enfrenta. Esto le alivia su miedo en un primer momento, pero va acrecentando su fobia hacia los roedores. Lo mismo ocurre, generalmente, al rehuir cualquier tipo de fobia.
A nadie le gusta sentirse ansioso, por lo tanto, la evasión puede ser una conducta más común de lo que se puede imaginar. Tratar de evitar todo lo desagradable puede ser algo que para muchos tenga sentido y no vean mayor problema en ello.
Sin embargo, si somos conscientes de que el alivio es momentáneo y que se va agravando en la medida en que más evitamos aquello que tememos, ya no resulta tan sencillo ni tan conveniente seguir evitando.
Una persona que tiene miedo de hablar ante un auditorio, se sentirá aliviado cuando puedeevitar pararse ante un micrófono. Si eso es algo que tiene que hacer ocasionalmente, posiblemente no tendrá mayor repercusión, pero si es un facilitador o alguien que, con frecuencia, debe estar parado frente a un auditorio, en la medida en que lo siga evitando, su problema y su ansiedad irán en aumento.
Con el tiempo, ya no sólo rehuirá estar frente al micrófono, sino cuando tenga que hablar ante un grupo más pequeño en una sala de juntas y, posteriormente, puede que le ocurra incluso ante una charla informal donde hay sólo unas pocas personas.
Lo que comienza con un temor manejable a través de la evasión, puede convertirse en algo que genere un verdadero problema en su vida, pues la ansiedad y el miedo a enfrentar el hablar con otras personas, le generará, cada vez, mayor temor al contacto con otros y, por lo tanto, mayor aislamiento. Cada mañana, al despertar y recordar que tendrá que enfrentar algún tipo de contacto con otros, sentirá, cada vez con más fuerza, los síntomas de su ansiedad.
Por esta razón afirmamos que, la evitación, es algo que alimenta fuertemente los miedos de la gente, y, si las personas se acostumbran a utilizarla con frecuencia, la ansiedad sale de control.
Todas las personas sienten temor a algo, algunos, por ejemplo, temen a las serpientes y a los insectos, si viven en una ciudad, no tendrán que evitarlos demasiado, pero si viven en el campo rodeado de estos animales, ya no será lo mismo y se volverá un verdadero problema.
La mejor solución al problema de hacer que cualquier temor se salga de control y genere cada vez mayor ansiedad, es enfrentando y no evitando.
Aunque le cueste trabajo levantar el teléfono y hacer la llamada, es mejor que lo haga y no lapostergue, de esa manera, superará la ansiedad al momento de colgar y se sentirá aliviado.
Pero si evita hacerla por unas horas, días, semanas o incluso más tiempo, durante todo ese periodo, no sólo seguirá siendo presa de una ansiedad crónica, sino que su miedo a tomar el teléfono, marcar, esperar a que le contesten y empezar a hablar, irá en aumento, provocando con ello, que algo que era un pequeño problema se convierta en algo más grave.
Muy buen artículo, los conceptos son muy claros y es perfectamente entendible para cualquier persona, aunque no tenga conocimientos previos sobre el tema. Se lo apso a unos colegas para que lo vean. Saludos y gracias por compartir!
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