Cualquier persona que quiera ser más efectiva en el modo en que utiliza su tiempo, habrá de trabajar y desarrollar determinadas actitudes, y no quedarse en la trivialidad de aprender algunos “trucos” para organizarse mejor.
Veamos a continuación cuales son esas actitudes que pueden marcar una gran diferencia en nuestros resultados:
1.-En primer lugar hemos de tomar conciencia de que en realidad no existe lo que llamamos “Administración del tiempo”. El tiempo no puede administrarse. Se mantiene fluyendo de manera continua, y por mucho que queramos no podemos detenerlo, ni almacenarlo, ni ahorrarlo, ni multiplicarlo,… Todos tenemos exactamente la misma cantidad de tiempo. Piensa por un instante en cualquier gran realizador a lo largo de la historia, y descubrirás que tiene una gran cosa en común contigo. ¡Sus días también tenían 24 horas! Así pues deja de quejarte por la falta de tiempo. Tienes todo el tiempo que existe. Esta es la primera actitud a desarrollar: Dispones de todo el tiempo disponible.
2.-Necesitas encontrar la verdadera causa de tus problemas con el tiempo. Y generalmente esa causa estará en el modo en el que estás dirigiendo a tu mayor recurso: a ti mismo. Si empiezas a enfocarte en como ser mejor, creciendo día a día y superándote, empezarás a descubrir que al mismo tiempo comenzarás a producir mejores resultados con tu tiempo. Te tornarás más efectivo. Pero todo ha de comenzar en un auto análisis en el que descubras que necesitas mejorar como individuo para conseguir optimizar tus resultados con el tiempo.
3.-Haz una “auditoria” de cómo estás utilizando tu tiempo en la actualidad. Cada día estás recibiendo un cheque de 1440 minutos. ¿Cómo lo estás invirtiendo? ¿Estás utilizando ese recurso para poner en marcha tus tareas más importantes y relevantes? ¿O simplemente lo malgastas realizando lo más fácil y placentero que puedes encontrar en cada momento? Haz con sinceridad esta auditoria, y comienza a producir los cambios necesarios para utilizar más intensamente esos 1440 minutos de cada día.
4.-Enfoca en lo importante. Detente por un instante para pensar en lo que es verdaderamente importante para ti. ¿Le estás dedicando la cantidad y la calidad de tiempo necesaria? Jamás te sentirás realizado si no dedicas una parte sustancial de tu tiempo en sintonía con aquello que es más relevante para ti.
5.-Saber establecer límites. Es importante que seas capaz de marcar tus propias reglas para de ese modo ser tu mismo quien controle la distribución de tu tiempo. Así por ejemplo, si para garantizar unos resultados satisfactorios con tu tiempo has de poner límites a no trabajar durante los fines de semana, hazlo. Marcando adecuadamente los límites podrás empezar a canalizar bloques de tu tiempo para dedicarlos a aquello que sea verdaderamente significativo para ti.
6.-Busca soluciones, no excusas. Si ahora mismo no estás obteniendo la clase de resultados que te gustaría con tu tiempo, no pierdas ni un segundo a la búsqueda de excusas o maldiciendo tu mala suerte. Comienza proactivamente a convertirte en un buscador de soluciones. Siempre existe un camino cuando uno está realmente comprometido.
7.-Es importante planificar, así que busca un sistema de planificación que sea apropiado para ti,… ¡y úsalo todos los días! La planificación no es más que la determinación por adelantado de los acontecimientos. Te pone al mando, en control de tu vida. Y no arrastrado detrás de los acontecimientos que cada día te depare. Es fundamental establecer una dirección clara para nuestros esfuerzos de cada día. Así pues, crea el hábito de planificar por escrito cada jornada. No necesitarás más de 10 minutos para hacerlo, y los beneficios que te aportará serán inmensos.
8.-Aunque suene un poco egoísta, no lo es. Has de ponerte tu en primer lugar a la hora de planificar. Si no cuidas de ti no podrás producir ningún resultado de relevancia. Cuida tu salud, cuida tu nivel de energía, cuida tu preparación,… todo emana de ahí. Una parte de tu tiempo diario ha de estar inexcusablemente dedicada a cuidar de ti y mejorarte.
9.-Y por encima de todo está la pregunta de oro a la hora de sacar el máximo provecho de nuestro tiempo:
¿Qué es lo más importante que puedo hacer hoy, que de ser hecho puede aportar un avance significativo en mi vida?
Y una vez respondida esta pregunta , solo queda una cosa: ¡Actuar en consecuencia!
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