Nuestra palabra edifica, eleva , y agrada. Pero también destruye , rebaja y hiere.
Lo que sale de nuestros labios es fuerza creadora. La palabra proferida pasa a producir efectos. No hay como hacerla retornar.
Por eso debemos ser cuidadosos al hablar. Evitando excesos. Rigiendo nos por la verdad y la sensatez. Regulemos también , el tono de voz. No exponemos verdades ni razones con hablar alto y ásperamente. Al contrario ...
Que nuestro hablar transmita: Paz, Certeza ,Cariño , Alegría ...
Sin olvidar jamás que: Todo aquello que hablamos es oído y captado por: EL UNIVERSO ...
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