Deja que las Personas entren en Tu vida, No Rechazar a nada ni a Nadie y esperar a que te Sorprendan, porque no he conocido a nadie del cual no tenga nada que Aprender.
Conocer a alguien e invitarle a que nos conozca, proporciona un acto de dar y recibir a un nivel mucho más profundo que el nivel material que todos conocemos. Estamos abriendo las puertas de nuestro corazón y esperando poder conectar con esa persona para realizar un intercambio de lo mejor que cada uno de nosotros puede ofrecer.
Sé que quizás a algunos os resulte complicado, pues tiene mucho que ver con vuestra forma de comportaros socialmente. Algunos somos más vergonzosos que otros y además no iguales de hábiles a la hora de tratar con las personas. No estoy hablando de contar nuestros asuntos personales a una persona que acabas de conocer. Me refiero a que todos podemos ser un poco más amables de lo habitual sobre todo con alguien al que nos están presentando y predisponernos a ser los seres sociales que somos. Como alguna vez os he mencionado solo hay una oportunidad para causar una buena primera impresión.
Un sincero apretón de manos, o dos cariñosos besos, una sonrisa sincera. Son gestos que transforma del encuentro de algo que pudiera parecer violento para algunas personas en una sorpresa agradable y muchas veces el motivo más alegre de un día de tu vida. Grandes amigos y amigas que tengo los he conocido en estas condiciones. Simplemente abriendo mi ser a ellos cuando los he conocido y dejando que me muestren lo maravillosos que son.
Esperar a que otros te muestren la mejor versión de las personas que son y no juzgar por un mal día, porque un mal día lo tiene cualquiera y eso no significa que sean malas personas.
No existen las malas personas, solo existen personas inconscientes y dominadas por su mente egoica. Pero hasta dentro de esas personas existe un corazón y un ser que en esencia es igual y además tú mismo. Fíjate bien, estate atento y verás como siempre hay algo que brilla en todo ser humano, una muestra de belleza que puede durar un segundo, pero que recordarás toda la vida.
Este estado de ser receptivo además de favorecer las relaciones personales tiene la peculiaridad de que parece que por casualidad las personas que entran en tu vida son la mayoría maravillosas. Las casualidades no existen, solo las causalidades que todavía no te explicas mentalmente, pero que tú ser interior comprende a la perfección. Tu estas predispuesto a recibir a personas tanto o más maravillosas que tu, sin temor alguno, es por eso que sucede precisamente lo que esperas.
Esto se traduce también en más aspectos de abundancia y prosperidad. Resulta que la abundancia en relaciones sociales nos hace sentir tan bien, que nos sitúa en un ambiente vibratorio favorable para gozar de abundancia material, de salud y de cualquier clase. Es por eso también que merece la pena intentarlo y dar lo mejor de nosotros mismo con los demás en cada instante.
Es tan sencillo como poner todo de nuestra parte cada vez que conozcamos a alguien, si esa persona no esta tan receptiva como nosotros, no pasa nada, tienes el consuelo de haber obrado con generosidad y amabilidad. Si por el contrario esta en un estado afín al nuestro encontraremos una bonita relación que nos hará crecer y sentir bien.
¿No se trata de eso finalmente, de sentirse bien?
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