Un dia quieres comerte el mundo a dentelladas. Todo es posible, real, tangible. Se te escapan las sonrisas por las costuras de la esperanza y te inunda una desconcertante sensación de serenidad.
Al dia siguiente un halo gris, denso y espeso, inunda tus pulmones y tus ganas de sonreir. Se ralentizan tus energias y tus ansias de acometer empresas que ahora se aventuran batallas imposibles.
Un dia la luz que te anima a ver el lado positivo de tu decepción, te sonrie con dientes y promesas.
Al dia siguiente te quitan la venda de los ojos y los parches del corazón, y te hunden la cara en una realidad en la que cuesta incluso respirar.
Eternos equilibristas de emociones, buscando el término medio que nos permita sostenernos sobre la cuerda floja que delimita nuestro espacio vital y nuestras circunstancias.
Y el mundo sigue girando.... más y más rápido cada vez. Y hay que apostar por cruzar los dedos, cerrar los ojos o bajarse en la próxima.
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