Es mi vida la que vivo
en tronantes sintonías
que reflejan en el suelo
como gotas de llovizna
salpicando a quien me escucha
empapando sin malicia
retumbando en las noches
con calladas melodías.
Son las letras de un poema
que asusta y entristece
contamina y enmudece
a quien vive el día a día
poniendo en duda las manos
cuando hablan de caricias.
Y mi sombra se ha acostado
acurrucada entre suspiros.
Dice que la eche la sábana,
¡¡Y su pijama y su gorrito!!
No quiero dejarla sola,
ni quiero marcharme lejos,
que quiero contarla sueños
y que sueñe lo que la cuento.
Y mañana al despertar
los dos bostezaremos
y volveremos a caminar
tropezando a cada metro.
COMUNERO
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