“Cuando lo supe, sentí un dolor horrible en el pecho, el corazón casi se me revienta, la presión sanguínea se disparó muy alto. Fue horrible, fue devastador. El dolor más grande que he sentido en mi vida”.
¿Les suena conocido este testimonio?, si verdad, hablamos de la traición, de la infidelidad. Cuando la descubrimos, se nos rompe algo especial, que no puede ser sustituido, se destruye la confianza, las expectativas, los sueños que habíamos depositado en la persona amada.
Una canción lo dice… “lleva en el alma el dolor de una traición, que no la calman los tragos, el tabaco, ni el tambor”… La infidelidad trae consigo un gran dolor, pérdida de confianza en la pareja, pérdida de autoestima, humillación, impotencia y rencor.
Hombres y mujeres sufrimos por igual, la vida se nos rompe, la depresión nos envuelve. En la mayoría de los casos las personas son infieles cuando la relación no alcanza sus expectativas, y están buscando algo en la pareja que ésta no es capaz de ofrecerles.
La solución, en vez de basarse en el diálogo, es una salida aparentemente más fácil o cómoda: la infidelidad.
Los años de convivencia, si no se manejan con inteligencia y humor, pueden producir cansancio y aburrimiento, y se cae en un abandono afectivo.
Ocurre también las llamadas crisis de los 40, 50 y 60, donde algunas personas necesitan sentirse jóvenes y atractivos, para ello buscan otras personas generalmente de menos edad que ellos, que los hacen sentirse vitales y deseados.
Si no se tienen valores sólidos, la tentación siempre va a estar al acecho. El compromiso de lealtad no es solo con tu pareja, sino contigo mismo. No siempre tras la infidelidad se produce una ruptura, algunas parejas consiguen superarlo.
Otras no están dispuestas a continuar una relación en la que se ha perdido lo fundamental, la confianza, además de tener el temor de que vuelva a ocurrir. ç
Con respecto a la infidelidad, existe una doble moral. En el caso del hombre se le excusa y mas aun se le aplaude, se le considera viril. En el caso de la mujer es criticada con mucha severidad. Decía una persona conocida. ..”Que seguro esta el cielo”. Sin embargo la mejor manera de prevenir la infidelidad es a través de la comunicación.
Conocerse, saber que son importantes el uno para el otro, expresarse el amor día a día, hacer que tú pareja se siente feliz y cómoda contigo son pasos importantes para mantener una buena relación. Pero, si a pesar de tu amor, de tus esfuerzos, no pudiste evitarla, afronta la situación.
No canalices tus sentimientos por la venganza, este sentimiento es lo primero que te pasa por la mente, cuando descubres, que tu pareja te falló, pero no es sana, te hace mas daño a ti, canaliza tus sentimientos de una manera positiva, busca a Dios, solicita ayuda profesional, si no tienes recursos, el hombro de una amigo (a) es valioso.
Hay casos que la traición, sirve para replantearse y reconstruir la relación, si sientes que vale la pena, no temas, comienza de nuevo, sin rencores.
La traición es una herida, pero no permitas que permanezca abierta, déjala cicatrizar, ya que toda herida abierta esta conectada al dolor. La sanación depende de ti…. ¿Y usted que opina?
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