La depresión no es un sentimiento, es una actitud, o casi podría decirse que un estilo de vida. No hay que sentirse triste todo el tiempo, para estar deprimido.
Algunas veces puede ser confundida con estrés, pero aunque son parientes no tan distantes, no son lo mismo, ni se resuelven de igual forma. Su manifestación puede ser muy sutil, pero aún así, necesita ayuda profesional.
Puede deberse a muchas causas, tanto emocionales como fisiológicas, a veces relacionada con los niveles de neurotransmisores en el cerebro o el organismo, por lo que no debe verse como un tabú, y se debe buscar atención médica.
Algunos signos de depresión pueden ser:
En la mayoría de los casos se requiere tomar antidepresivos y darles un tiempo prudente para que empiecen a tener algún efecto perceptible, pero sobre todo, continuar el tratamiento hasta el final, bajo la supervision del médico y nunca suspenderlo abruptamente.
Definitivamente, podemos percartarnos cuando la depresión se debe a algún factor externo o algún evento fuerte que hayamos confrontado, en cuyo caso es necesario, a parte de los antidepresivos, sesiones de terapia, ya sea con un siquiatra o sicólogo, que nos ayuden a superar emocionalmente por lo que estamos pasando.
Si este no es el caso, y se debe algún problema fisiológico o sicológico, como inestabilidad del ánimo por ejemplo, entonces, el siquiatra determinará, a parte de los medicamentos necesarios, si se requiere algún tipo de terapia adicional y el tiempo durante el cual se deberán tomar los medicamentos.
La depresión es una enfermedad que requiere atención médica; si se siente así o tiene alguno de los síntomas, acuda al médico psiquiatra o sicólogo; no deje de buscar la ayuda necesaria.
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PELIGROS DE LA IRRITACIÓN El veneno resultante de la irritabilidad se llama "imperil" - un peligro dominante. Ese veneno, absolutamente concreto, se precipita sobre las paredes de los canales nerviosos y, de ese modo, se esparce por todo el organismo. (...) Solamente el descanso puede ayudar al sistema nervioso a vencer ese peligroso enemigo, que tiende a provocar las más variadas irritaciones y contracciones penosas del organismo. (...) Cuanto más sutil es el sistema nervioso, más penosa resulta la precipitación del imperil. Ese mismo veneno, con un ingrediente, puede contribuir para la descomposición de la materia. Los organismos especialmente sensibles pueden comprobar que durante el período de mayor intensidad de las manchas solares, los rayos de dicho astro, por su cualidad, se vuelven insoportables para ellos. También durante la caída de grandes meteoros se puede sentir un estremecimiento del sistema nervioso. Hasta ahora, las personas han sido incapaces de tomar ...
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