BERENJENAS REBOZADAS
Al quedar una berenjena crujiente por fuera es muy fácil de comer, diría que caen como pipas… siempre de rechupete. Con esta receta conseguiréis unas berenjenas rebozadas con un exterior bien crujiente y apetitoso nada más de verlo, sin olvidarnos de que su interior debe quedar jugoso y suave. Y por supuesto sin amargor característico de la berenjena. Por eso es importante que aunque vayamos a rebozar y freír nada más, sigáis nuestros consejos para que os queden perfectas.
Las berenjenas pesan muy poco porque tienen una estructura porosa, esto hace que a la hora de freír absorba una gran cantidad de líquido. Para evitar que al freír nos quede gomosa por si entra el aceite es importante un rebozado perfecto y que las berenjenas no queden grasientas.
Las berenjenas. Antes de rebozar y freír
- Lavamos muy bien las berenjenas y las cortamos en rodajas de unos 3 mm de espesor, ni muy finas, ni muy gruesas. Mirad la foto de la recetas, es el corte ideal.
- En un bol grande ponemos agua con 2 cucharadas de sal gorda colmadas. Vamos a quitar el posible amargor que trae la berenjena. Las ponemos en remojo durante una media hora. Luego las quitamos del agua y las escurrimos muy bien.
- Lo mejor para quitar definitivamente el amargor (si fuesen berenjenas de huerta, por ejemplo, las de mi tía Anita), es luego meterlas en leche, cerveza o agua con gas otra media. Volver a escurrir y secar bien con papel absorbente.
- Aunque las que se suelen comprar en supermercado y frutería suelen venir de invernadero y son amargas. A lo mejor por la variedad de berenjena. Yo he probado varias veces el tema del amargor, y sólo me lo encuentro cuando vienen de la huerta de un familiar o amigo. Reservamos para el rebozado.
Rebozado, fritura y presentación de las berenjenas
- Salpimentamos en una bandeja. Preparamos los ingredientes para el rebozado mientras ponemos una sartén con el aceite de oliva virgen extra suave a calentar. Preparamos 2 recipientes o platos, uno con la harina y el otro con los huevos ligeramente batidos con unas gotas de agua y una pizca de sal. Vamos a hacer todo en cadena, para aprovechar nuestro tiempo.
- Pasamos primero las rodajas de berenjena por el plato con harina y luego por un bol o plato hondo con el huevo batido (con unas gotas de agua, primer truco, esto hará que se evapore al freír y quede más crujiente).
- Cuando el aceite esté bien caliente, a unos 180º C más o menos (no debe humear) vamos añadiendo las rodajas rebozadas de harina y huevo al aceite. Vamos a realizar el proceso por tandas, no queremos poner muchas porque baja la temperatura del aove y es más difícil de manejar.
- Freímos unos 2 minutos o hasta que estén doradas por lo dos lados. Sacamos y dejamos reposar sobre una rejilla (no sobre papel, pues en él, se van a ablandar, y queremos que queden bien crujientes.
- Probamos una y espolvoreamos con sal si fuese necesario cuando todavía estén calientes. Servimos rápido antes de que se enfríen. ¡De rechupete!
Consejos para unas berenjenas rebozadas perfectas
- También se podrían hacer sólo con harina y no pasarla por huevo, queda más crujiente, al estilo andaluz. Pero tenéis que cortar la berenjena súper fina.
- Podemos guardar la berenjena rebozada y así frita en el frigorífico hasta cinco días (aunque perderá el crujiente) o incluso congelar dentro de una bolsa de plástico zip o en un recipiente de plástico con tapa hermética hasta 3 meses.
- Freír por tandas. Si se ponen muchas rodajas de berenjena a freír a la vez, la temperatura del aceite va a disminuir con lo que las rodajas tardarán más tiempo en freírse y absorberán más aceite.
Comentarios
Publicar un comentario