Muchas veces he escuchado que el amor es cursi. Que quienes gustan de regalar o de recibir flores o bombones se han quedado en otra época. Que organizar una cena a la luz de las velas o quedarse mirando un atardecer o amanecer puede llegar a ser algo común al principio de la relación, pero más adelante, casi nunca sucede. Que escribir cartitas de amor empalaga. Que un hombre que abre la puerta de un automóvil o de una casa a una mujer o la deja pasar en primer término, lo hace solamente cuando intenta conquistarla. Que enviar mensajes de texto varias veces al día, con mensajes dulces, puede resultar pesado. Que el amor para toda la vida es una quimera o una frase hecha escuchada en culebrones o en telenovelas. Que estar pendiente del otro, aunque sea de manera saludable, no cae bien. Que apegarse a tradiciones, como el compromiso y el matrimonio, se va volviendo cada vez más obsoleto. Pues bien, si el amor es así, entonces quiero reivindicar lo cursi. Porque creo: - que cada uno tiene su manera de expresarlo y de hacerle entender al otro lo que necesita para ser un poco más feliz; - que las demostraciones de amor nunca pasan de moda (pueden aggiornarse con los medios electrónicos y tecnológicos, pero la esencia es la misma); - que el romanticismo es eterno y que alimenta a la pareja y la renueva; ¡Y porque creo que vale la pena jugarse por lo que nos hace vibrar y sentir vivos! ¿Consideras que el amor es cursi?
Muchas veces he escuchado que el amor es cursi. Que quienes gustan de regalar o de recibir flores o bombones se han quedado en otra época. Que organizar una cena a la luz de las velas o quedarse mirando un atardecer o amanecer puede llegar a ser algo común al principio de la relación, pero más adelante, casi nunca sucede. Que escribir cartitas de amor empalaga. Que un hombre que abre la puerta de un automóvil o de una casa a una mujer o la deja pasar en primer término, lo hace solamente cuando intenta conquistarla. Que enviar mensajes de texto varias veces al día, con mensajes dulces, puede resultar pesado. Que el amor para toda la vida es una quimera o una frase hecha escuchada en culebrones o en telenovelas. Que estar pendiente del otro, aunque sea de manera saludable, no cae bien. Que apegarse a tradiciones, como el compromiso y el matrimonio, se va volviendo cada vez más obsoleto. Pues bien, si el amor es así, entonces quiero reivindicar lo cursi. Porque creo: - que cada uno tiene su manera de expresarlo y de hacerle entender al otro lo que necesita para ser un poco más feliz; - que las demostraciones de amor nunca pasan de moda (pueden aggiornarse con los medios electrónicos y tecnológicos, pero la esencia es la misma); - que el romanticismo es eterno y que alimenta a la pareja y la renueva; ¡Y porque creo que vale la pena jugarse por lo que nos hace vibrar y sentir vivos! ¿Consideras que el amor es cursi?
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