1. Cultivar un sentido exacerbado de auto importancia.
Cuando nuestra vida gira en torno a todos nuestros problemas, cuando nos tomamos todo como algo demasiado personal, cuando actuamos como si fuésemos el obligo del mundo, estamos alejando de nosotros la felicidad.
2. Rumiar el pasado
Darle vueltas y vueltas a situaciones del pasado, pensando en nuestros errores, en el daño que nos hicieron los demás, en lo que no ocurrió, en lo que podía haber salido bien pero no lo salió, en lo que perdimos, en lo que no conseguimos, en diseñar como podría haber sido..... solo nos retiene. Podemos diseñar mil pasados si nos pasamos el día pensando.... pero ten por seguro que no tendrás ningún presente y eso lastrará tu futuro.
3. Estar ansiosos por el futuro.
Al contrario que el punto anterior, si centras tu presente, en soñar, solo soñar, con el futuro, incluso aunque esos sueños a veces, sean pesadillas, perderás la oportunidad de hacer los cambios necesarios, de dar los pasos para transformar tu vida en aquella que sueñas. Recuerda, hoy es el ayer de tu mañana. Si quieres resultados mañana, has de actuar hoy.
4. No ser capaz de permanecer en el momento presente.
Preocupados por el futuro, angustiados por el pasado, nos paralizamos, nos atamos de pies y manos, perdiendo la oportunidad de disfrutar del presente. Cada momento presente es único e irrepetible. Aprende a descubrir lo positivo de cada instante, lo bello de cada día, lo maravilloso de cada lugar, lo especial de cada encuentro. Cada segundo es único, vívelo.
5. Fijar todas nuestras esperanzas de felicidad en las condiciones externas, como riqueza, apariencia física y fama.
Centrarnos en cultivar solo estos aspectos que te pueden dar felicidad, te preparan para hundirte sin retorno, si pierdes la fama, si pierdes la belleza o si pierdes tus riquezas. No te centres en tener, busca mejorar el ser.
6. Descuidar el hecho de cultivar las condiciones internas para la felicidad: paz interior, libertad interior, amor altruista y compasión.
Solo cultivar lo externo y descuidar lo interno es el caldo de cultivo perfecto para ser una persona amargada. Estar en paz contigo, sentir que puedes hacer lo que deseas, que tienes coherencia entre lo que piensas, lo que sientes y lo que haces, dar sin esperar nada a cambio, ver en el otro a alguien que puede enseñarte algo, sin importar quien sea el ni quien te creas ser tú...
7. Buscar la felicidad solo para nosotros y no para otros.
No hay nada más dañino para nuestra propia felicidad que olvidarnos de los demás al hacerlo. Tomar decisiones que nos hacen felices, solo a nosotros, sin tener en cuenta si dañan a otras personas, seres o incluso a nuestro planeta, nos lleva a vivir vidas vacías.
8. Poner toda nuestra preocupación en pérdidas y ganancia, cumplidos y críticas, fama y anonimato.
Dinero, poder y apariencias no dan la felicidad. Recuerda, que no es más feliz quien más tiene, sino quien menos necesita. Redescubre tus necesidades, deja de quejarte por lo que no tienes y disfruta, da las gracias, por lo que si tienes.
9. Permitir que nuestros prejuicios interfieran con nuestra objetividad.
Aquel no es de mi clase social. Aquel no tiene un título que lo avale. Aquel no puede enseñarme nada. Aquel es de otra raza, de otra religión, de otra corriente de pensamiento, de otro partido político..... Cuando nos guiamos por infinidad de prejuicios, de etiquetas prefijadas, perdemos completamente la objetividad de la realidad. Todos tenemos derecho a tener nuestras propias vidas y modos de pensar. No hay una que sea perfecta y otras que no. ¿Si hubieras nacido en China, en un pueblo rural, tendrías los mismos pensamientos que ahora? ¿Por qué sería mejor uno que otro?
¿Quieres ser feliz?
Toma decisiones que te impulsen a dar pasos para conseguir cambios en esas 9 actitudes que te hacen vulnerable a la infelicidad.
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