Las personas llegan a nuestras vidas por una razón, por una estación o para toda la vida.
Cuando te des cuenta de cual es, vas a saber que hacer con cada persona.
Por una RAZÓN:
Cuando una persona llega a tu vida por una RAZÓN, es para cumplir con algún deseo o necesidad que vos tengas o hayas expresado.
Llega para ayudarte a atravesar una dificultad, para hacer de guía y soporte, ya sea tanto físico, mental o espiritual.
Pareciera ser alguien que envió Dios… ¡y lo es!
Pareciera ser alguien que envió Dios… ¡y lo es!
Es por esa razón que tu los necesitas y ellos llegan.
Después, sin que nada malo suceda o sin que ocurra ningún inconveniente específico, esta persona hace o dice algo para que la relación no continúe y se rompa.
A veces se mueren. A veces se alejan.
Y a veces hacen algo para que tu te alejes.
Lo que debemos entender es que nuestra necesidad fue satisfecha, nuestro deseo se cumplió, su trabajo esta hecho.
La súplica que pediste fue escuchada y cumplida, y ahora es tiempo de seguir adelante.
Por una ESTACIÓN:
Cuando una persona llega a nuestra vida por una ESTACIÓN, es para compartir, crecer y aprender.
Esa persona puede traernos un período de paz, o simplemente hacernos divertir.
Esas personas deben enseñarnos algo que nunca hemos aprendido ni hecho.
Generalmente nos brindan un tiempo de gran diversión.
¡Créelo!, ¡es verdad!.
Pero solo por una temporada.
De POR VIDA:
Las relaciones de POR VIDA enseñan lecciones de vida.
Cosas que debemos establecer para crecer con una sólida base emocional.
Tu trabajo es aceptar la lección, querer a esa persona, y usar eso que aprendiste en todas las amistades y ámbitos de la vida.
Se dice que el amor es ciego, pero la amistad nos hace ver.
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