La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Basta solo un minuto para sonreír o para llorara en la vida, basta un minuto para cautivarse con una flor y oler su eterno aroma, basta un minuto para recorrer el infinito o un infinito para recorrer solo un paso, basta solo un minuto para oír el canto de los pájaros, las olas del mar, las musicales notas del viento, también para oír el eterno silencio, basta un minuto para decir “SI” o e “NO” que cambiara tu vida. Basta solo un minuto para sentir la tristeza, la derrota, la amargura, la intensidad, la incertidumbre, la alegría o la victoria. En un minuto puedes compartir, perdonar, esperar, creer, vencer y ser vencido, salvar o ser salvado, puedes incentivar a alguien o desilusionarlo. Basta un minuto para ser padre o madre,...