Hasta ahora los psicólogos han subestimado la capacidad que tienen algunas personas después de un percance o trauma de su capacidad de resistir o rehacerse.
Dividen el crecimiento postraumático en tres categorías:
Cambios en uno mismo:
ante el afrontamiento de una situación traumática, muchas personas desarrollan un aumento de confianza en las propias capacidades para afrontar cualquier adversidad que pueda ocurrir en un futuro. Cuando se hace frente a un suceso de este tipo el individuo crea una gran confianza en si mismo mediante la cual se siente capaz de enfrentarse a cualquier cosa.
Cambio en las relaciones interpersonales:
ante acontecimientos traumáticos, las personas se dan cuenta y valoran las ayudas que reciben de otras personas, así tenemos pensamientos de tipo “Ahora se quienes son mis verdaderos amigos”.
Cambios en la espiritualidad:
cuando una persona pasa por una experiencia traumática, pasan muchas cosas por su cabeza, una de ellas es apreciar el valor de cosas que antes daba por supuestas sin valorarlas de verdad, como es el creer en la existencia de un poder superior en el cual podrían apoyarse.
Es muy importante también el hecho de otorgar sentido a una vida:
Aun en las situaciones más extremas, el ser humano todavía puede otorgar un sentido a su existencia. Víctor Frankl nos dice: lo importante no es lo que nosotros esperamos de la vida, sino lo que la vida espera de nosotros.
Muchas personas hallan ese vínculo con sus hijos, o incluso en las relaciones de amistad. Las responsabilidades y el compromiso de servicio del prójimo, pueden ayudar mucho.
Recursos y fortalezas que potencian la resiliencia
Factores protectores externos:
Valoraciones que las personas reciban del medio, oportunidades para participar en ese medio y el uso constructivo del tiempo (Kukic, 2002)
Factores protectores internos:
Competencia social
• Capacidad para comunicarse y demostrar afecto o empatia.
• Sentido del humor.
• La moralidad o deseo personal de bienestar a toda la humanidad.
• Contacto con los otros.
El componente Resolución de problemas incluye:
• Iniciativa.
• Sentido de autosuficiencia.
• Autoeficacia y autodisciplina.
• Creatividad.
• Buscar apoyo.
El componente autonomía:
• Tiene como principal factor el sentido de la propia identidad y esta que sea positiva, serán menos vulnerables ante la crisis.
• La capacidad para manejar sentimientos e impulsos propios.
Sentido de vida: constituido por ocho rasgos:
• Intereses especiales.
• Metas.
• Amor propio y sentido de dignidad.
• Valores morales.
• Optimismo.
• Persistencia.
• Fe y espiritualidad.
• Sentido de propósito.
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