El problema no está, en si la vida es fácil o difícil, sino en cómo reaccionamos ante los obstáculos.
Si un día se te cierra una puerta, la solución no es romperte la cabeza dando contra ella, sino preguntarte si no habrá, al lado de ella o en la misma dirección, alguna otra puerta por la que puedas pasar.
En la vida tienes que aceptar a veces salidas de emergencia, aunque te obliguen a dar un pequeño rodeo. Procura, al mismo tiempo, tener siempre encendidas tres o cuatro ilusiones; así, si te apagan una, aún tendrás otras de las que seguir viviendo.
Distingue siempre entre tus ideales y las formas de realizarlos.
Aquellos son intocables, estas no. Si alguien pone obstáculos a tu ideal, pregúntate si se opone de veras a tu ideal o a la forma en que estás realizándolo. Y no veas problema en cambiar de forma de buscarlo, siempre en cuanto sigas buscando el mismo ideal.
Aprende en la vida a ser persistente y tenaz, pero no confundas la tenacidad con la cabeza dura.
No cedas ni en tus ideas ni en tus convicciones, pero no olvides que una verdad puede decirse de mil maneras y que no siempre vale la pena sufrir por ciertos modos de expresión.
Y cuando llegue una ola que sea más fuerte que tú, agáchate, déjala pasar, espera... y luego, sigue nadando. Intenta convertirte en lo mejor que puedes ser.
Muchos tienen miedo de lograr su potencial porque temen encontrarse con una puerta cerrada.
Esto no es una actitud correcta. Debes desarrollarte a ti mismo lo mejor posible. Aún la persona más pequeña tiene el potencial más grande si utiliza todo lo que está dentro de ella.
Hoy podríamos preguntarnos cuál es nuestra actitud ante la vida. Quizás es el momento de empezar a modificar todo aquello que no nos permite avanzar o que pone freno a nuestras ilusiones.
A veces somos tercos y ni siquiera intentamos cambiar un poco y al pasar los años, cuando ya estamos cerca del final mirando hacia atrás nos decimos:
- Si hubiera hecho... Si en aquel momento... Si se me hubiera ocurrido...
Nuestra actitud ante la vida es la que encierra la respuesta a muchos de nuestros interrogantes, solo que a veces no vemos nada, o creemos ser fantásticos y preferimos convencernos y culpar al entorno de todo cuanto nos sucede.
Todos vivimos inmersos en nuestro entorno y en nuestra circunstancia...
Entorno y circunstancia que la mayoría de las veces son difíciles o imposibles de modificar, de modo que, en cierta medida, somos un poco esclavos de ellos. Pero lo que si podemos modificar es nuestra actitud ante esos factores... Podemos dejar que nos abatan y nos dominen... O podemos
triunfar ante ellos.
Esos que triunfan, esos que pese a todo lo que se les pone a su paso, logran beber la vida como viene, sin tribulaciones, esos que logran atrapar entre sus manos lo que verdaderamente tiene sentido y dejan de lado todo lo
superfluo, esos habrán dado con la clave... Y serán los poseedores de la felicidad.
(desconozco el Autor)
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