Es un enfoque terapéutico que apunta a que el ser humano alcance niveles óptimos de bienestar y salud psicológica, dando importancia a las modificaciones de los estados de conciencia, más allá de los límites del ego y la personalidad.
Conecta lo psicológico con lo espiritual, en la búsqueda de la auto-realización y la auto-trascendencia del hombre.
La autotrascendencia se puede definir como: “el estado de conciencia en donde el sentido de identidad se expande más allá de las definiciones ordinarias y autoimagen de la personalidad individual. Esto nos encamina hacia una óptima salud mental, ya que exploramos estados de desarrollo personal que se extienden más allá del ego individual, hasta incluir amplios aspectos del género humano, naturaleza o cosmos”
Esta corriente psicológica, surge en los años 60, como una alternativa de unificar e integrar los conocimientos de las psicologías tradicionales de occidente, con la sabiduría de los grandes maestros de oriente.
La Psicología Transpersonal no excluye a las corrientes psicológicas conocidas hasta entonces como: el conductismo, el psicoanálisis y la psicología humanista.
Estos modelos terapéuticos tenían como objetivo principal la adaptación del individuo a su medio ambiente. No admitían la posibilidad de un desarrollo psicológico más elevado (en especial las dos primeras que eran más reduccionistas)
Son los psicólogos humanistas quienes mejor abordaron las dimensiones de lo humano y lo relacionado a la salud a través de una mirada más entera del hombre.
Abraham Maslow, uno de los principales precursores humanistas, se interesó en aquéllas posibilidades que iban más allá de la autorrealización, donde el individuo trasciende los límites de la identidad y la experiencia. Dijo Maslow:
“....considero que la psicología humanista, la psicología de la tercera fuerza, es un movimiento de transición, una preparación para una cuarta psicología, superior a ella, transpersonal, transhumana, centrada en el cosmos, más que en las necesidades e intereses humanos. Una psicología que va más allá de la condición humana, de la identidad, de la auto-realización...”
“....considero que la psicología humanista, la psicología de la tercera fuerza, es un movimiento de transición, una preparación para una cuarta psicología, superior a ella, transpersonal, transhumana, centrada en el cosmos, más que en las necesidades e intereses humanos. Una psicología que va más allá de la condición humana, de la identidad, de la auto-realización...”
Existieron otros factores en la cultura de esa época que favorecieron el surgimiento de la Psicología Transpersonal: muchas personas insatisfechas con el mundo externo material, comenzaron una búsqueda interior a través de diversos caminos y prácticas espirituales como la lectura de textos orientales, el yoga, la meditación, etc., lo que contribuyó a experimentar estados de conciencia muy diferentes a los habituales.
Luego vino un replanteo de los terapeutas más ortodoxos, y de todos aquellos que no pasaban por estas experiencias: comenzaron a entender que lo místico, lo raro, el éxtasis espiritual, lo que no existe porque no se puede demostrar, cobraba una importancia tal, que era el centro de la vida de una gran mayoría.
Así, la vivencia de estados superiores de conciencia, dejó de ser exclusividad del guru o maestro espiritual, aceptando que este “modo del ser” diferente, era una posibilidad que estaba al alcance de todo ser humano.
Luego vino un replanteo de los terapeutas más ortodoxos, y de todos aquellos que no pasaban por estas experiencias: comenzaron a entender que lo místico, lo raro, el éxtasis espiritual, lo que no existe porque no se puede demostrar, cobraba una importancia tal, que era el centro de la vida de una gran mayoría.
Así, la vivencia de estados superiores de conciencia, dejó de ser exclusividad del guru o maestro espiritual, aceptando que este “modo del ser” diferente, era una posibilidad que estaba al alcance de todo ser humano.
Hoy se observa una creciente derivación de pacientes por parte de médicos, psiquiatras y psicólogos, a los centros de práctica del yoga, la meditación y otras disciplinas afines, como un modo de complementar y acompañar el tratamiento físico o psicológico.
...si nuestra ciencia de la salud mental ha de llegar a ser más efectiva, los psicoterapeutas tendrán que equilibrar su conocimiento de las técnicas y conceptos psicológicos con una disposición contemplativa.”
Hola Andrea,
ResponderBorraracabo de descubrir tu blog, recién lo estoy revisando y lo poco que llevo me está gustando.
Me gustaría hacerte una pregunta privada sobre un tema en específico.¿Podrías enviarme a mi correo tus datos para contactarnos?
Muchas gracias