El ser humano que, dentro de su naturaleza, lucha con la pasión sexual y la vence, no sólo física sino también mentalmente, halla que su mismísima naturaleza es bisexual. Pues dentro de sí descubre a la mujer o al hombre que anteriormente buscaba fuera de sí. Que iba a complementar su mente y acompañar su cuerpo, y a la que sólo podía hallar en una forma incompleta, o no encontrarla para nada, es entonces descubierta dentro del espíritu de él, en aquello que es más profundo que el cuerpo y la mente.
La misteriosa dualidad que se desarrolla de este modo corresponde a la penúltima etapa de su progreso místico, pues en la última etapa existe la unidad absoluta, la identidad absoluta entre el propio ego y su Yo Superior; pero en la penúltima etapa hay una amorosa comunión entre los dos, y por ende, una dualidad. Este hombre no necesita mujer de carne, y si se casa será para tener un acompañante en su caminar diario.
Al lograr esta maravillosa liberación respecto a los inconvenientes que acompañan a la vida puramente sexual y respecto a los defectos que modifican sus promesas, él logra algo más; entra en el amor en su estado más puro, noble, divino y exaltado.
Por lo tanto, su naturaleza no está hambrienta de " sexo-amor" como los observadores superficiales tal vez lo piensen y los de mentalidad sexual lo crean, pero sólo él, sabe que significa eso.
Aparentemente, él está solo, pero en realidad no lo está. Es consciente de una amorosa presencia siempre en él y alrededor de él pero es el amor que se despojó de toda agitación y perturbación, de toda excitación e ilusión, de todo defecto e imperfección.
Y aunque hoy parezca dificil, esta humanidad va camino a este cambio de consciencia, ya todo esta permitido, el camino homosexual fue el principio de este cambio y en la actualidad muchas personas viven hoy unificados.
Amandose y amando a todos pero sin el deseo que todo lo corrompe.......
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