Cuántas veces podemos apreciar cómo el pasado se inmiscuye en el presente como algo cotidiano, pues “Viajamos” con “una mochila” repleta de vivencias que se convirtieron en experiencias almacenadas en nuestra memoria. En ocasiones estas experiencias anteriores nos impiden comenzar algo nuevo pues preferimos permanecer en el mundo que hemos ido creando o recomponiendo con mimo, a de alguna manera: arriesgarnos a revivir aquello que fue desagradable. Quiero decir que podemos sentir cómo ese deseo de no volver a vivir sucesos parecidos se ha hecho tan fuerte que se ha convertido en miedo. Pensaba que si hemos aprendido y por lo tanto: cambiado desde que se produjeron aquellas experiencias no deberíamos temer a que éstas se repitan, pero no lo tengo muy claro porque si fuera cierto que de alguna manera existe ese “cuerpo dolor” como lo llamó Tolle, o como a mí me gusta imaginar: tal como un niño abandonado… es como si esa energía fuera independiente de todo lo que comprendimos sob...
!No hay nada más apasionante que hacerse preguntas, cuestionarse la vida y preguntarse todo lo que es importante para cada uno¡