A la hora de ligar es habitual que la persona intente presentar su rostro más atractivo. Desde que somos muy pequeños empezamos a crear un autoconcepto en torno a nuestra persona. Y, a lo largo de la vida, vamoscreando máscaras y fachadas que nos ponemos para presentarnos de distintas maneras en diversos contextos y variadas situaciones. El ideal sería poder presentarnos del mismo modo en prácticamente todas las situaciones, que hubiera un hilo conductor y una coherencia entre lo que somos y lo que presentamos. Sin embargo, esto no siempre resulta fácil.
Es común ver cómo muchas personas cuentan con una personalidad distinta dependiendo de si están solas, acompañadas, con un grupo de personas, con otro... En la mayoría de los casos, esto no tiene demasiada relevancia porque no hay grandes diferencias entre una personalidad y otra. El problema surge cuando hay contrastes importantes entre la forma en que alguien se presenta con unas personas y con otras.
En el sexo, las máscaras que nos ponemos −o quitamos− son significativas y a veces sorprendentes. Podemos encontrar personas encantadoras que se vuelven tiranas en la intimidad. Y otras tímidas y retraídas que se crecen en las distancias cortas y sorprenden en la cama. En fin, que no siempre es lo que parece.
Por otra parte, lo más común es que una actitud amable resulte atractiva para un mayor número de personas. Es verdad que existen quienes huyen del trato amable y tienden a buscar parejas hostiles. Es como si les gustara la mala vida o como si necesitaran expiar alguna culpa −pero ése es otro tema−.
En términos generales, a la mayoría nos gusta que nos traten bien, amablemente y que tengan atenciones hacia nosotros y de esa forma solemos presentarnos a los demás. Es cierto, que desde el momento, en que se intenta ligar se pone la expresión más agradable. El querer relacionarnos ofreciendo nuestra mejor cara es algo comprensible. Sin embargo, algunas personas utilizan estas artimañas alevosamente con el fin de engañar y para conseguir sus objetivos usan y abusan de máscaras hipócritas.
¿Eres consciente de tus máscaras de seducción? ¿Qué papel te gusta representar? ¿Te has visto sorprendido por los bruscos cambios de personas que usan mascaras en sus relaciones? ¿Crees que todo el mundo utiliza mascaras? ¿Crees que las máscaras son necesarias?
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