La sociedad quiere usarte como una máquina, la sociedad quiere que seas obediente. La sociedad no te necesita para que funciones como un ser inteligente, porque un ser inteligente se comportará de un modo inteligente y habrá momentos en los que dirá: ‘No, no puedo hacer esto.’
Por ejemplo, si eres realmente inteligente y consciente, no puedes formar parte de ningún ejército. Imposible. Para ser parte de un ejército necesitas, como requisito básico, ininteligencia.
--->Por eso en el ejército tratan de destruir, por todos los medios, tu inteligencia. Se necesitan años para destruir tu inteligencia; lo llaman ‘instrucción’. Hay que atender órdenes estúpidas: vuelta a la derecha, vuelta a la izquierda, marcha adelante, marcha atrás -esto y aquello- y lo están haciendo todos los días, mañana y tarde. Poco a poco la persona se convierte en un robot, comienza a funcionar como una máquina.
--->Toda la instrucción en el ejército es para destruir tu conciencia, es para hacerte una máquina automática. Entonces puedes ir y matar. De otro modo, si todavía te queda un poquito de inteligencia, te darás cuenta de que la persona que estás matando es inocente; no te ha hecho nada ni a ti ni a nadie. Y debe de tener una esposa en su casa que está esperando que regrese; y puede que tenga niños pequeños, que se convertirán en mendigos; y puede que tenga una anciana madre o un anciano padre, que podrían volverse locos: ‘¿Y por qué estoy matando a este hombre? Porque el oficial dijo: “Empiecen a matar. ¡Fuego!”’
Fragmento de: “El libro del niño:
Una visión revolucionaria de la educación infantil”,
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