Una madre que acostumbre a tratar a su hijo de bruto, flojo y cosas por el estilo, no puede pretender que cuando el niño se desenvuelva no sea un pobre infeliz, bruto y flojo. Esa una costumbre heredada de culturas que han vacunado la vida social latinoamericana de una manera inapropiada. No solo minimizan a sus hijos, a los discípulos que pretenden educar a fuerza de críticas despiadadas, para desahogar sus vacíos interiores, sino que todavía hoy en día late el lastre del castigo, de pegar y maltratar físicamente a los niños, gritándoles, pellizcándoles, o lo peor: "La Palmeta" con la cual golpeaban a los niños, o los célebres cuerazos o las llamadas y temidas pelas y pare de contar.
Entonces el niño se convierte en aquel adulto que quiere dirimir sus diferencias ante la vida, sus temores más que nada, que le generan rabias, inconformidades, frustraciones, etc. a base de violencia, apareciendo los criminales, las guerras y las atrocidades.
A los niños como a los adultos, por lo general se les ha dicho demasiados NO, esto es que a las acciones que parecen no ajustarse a lo esperado se les detiene con un no, claro que es necesario utilizar esta partícula porque resume y resuelve de forma inmediata muchas intenciones y acciones que deben ser detenidas para evitar males mayores. Sin embargo es menester aprender a canalizar a los demás diciéndoles que si a las cosas beneficiosas, que si a lo preferible, que si a lo bueno, que si a las acciones inteligentes y hábiles. Por ejemplo no le digas al niño: "NO LE PEGUES A TU HERMANITA" porque mientras tenga la figura de autoridad enfrente, se dominará, pero una vez esa figura se de la vuelta, en seguida va a ir a PEGARLE A SU HERMANITA, porque entre otras cosas ya se ha comprobado que el cerebro no responde a las órdenes negativas, no acepta la partícula no, lo que se ha tomado en algunos lugares para plantear la hipótesis que en realidad la vida está diseñada desde el lugar de lo positivo, no existiendo en verdad eso de negativo o partícula no. Si se extrapola a los conceptos místicos o religiosos, se puede pensar que DIOS ES POSITIVO y BUENO, el infierno y lo malo lo han inventado los hombres, pero en realidad NO EXISTE, nunca ha existido, como tampoco la oscuridad, que es solo poca luz.
Un niño nunca es un bruto ni un flojo, sino un individuo que no ha sido comprendido, estudiado y al que no se le ha tenido paciencia ni se ha buscado la orientación suficiente y necesaria como para conducirlo y orientarlo con efectividad dentro de los parámetros del amor y la consideración, del respeto y del acompañamiento. Estamos presenciando ahora otra manera de menospreciar y despreciar a los demás, simplemente dejándoles que sean como les de la gana y eso implica una falta de responsabilidad y de entender la vida. No es dificil estar con alguien y en la inter relación respetar la personalidad diferente y única de cada cual, sin que esto quiera decir que tenemos que mostrar indiferencia, tolerancia o permisividad con cualquier manifestación no acorde a los parámetros mínimos de convivencia, inteligencia, eficacia, amor, felicidad etc. Pero para tal cosa no podemos hacerlo desde el lugar de la no actuación, de no hacer, de no hablar, de no inter actuar, de no aportar, de no VIVIR... tenemos que aprender a equivocarnos y aprender con los errores para mejorarnos, de lo contrario estamos perdiendo el tiempo de nuestra oportunidad de vivir.
Poner en contexto positivo, esperanzador, estimulante, para motivar y estimular a los niños y a los seres que estimamos es fundamental y se ha demostrado ya hasta la saciedad sus efectos dramáticos transformadores. Siempre lo podemos hacer mejor, siempre le podemos dar la vuelta a las cosas para realizarlas, para obtener los resultados apetecidos. Siempre debemos tener presente que la vida es un desafío y una interrogación eterna y que no tenemos tiempo para mañana, es hoy...ahora... aqui... en la tumba ya no habrá tiempo, los muertos no suelen hacer ruido.
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