1 er. Ejercicios de unificación:
Pero para afinar aun mas aquellas, que nos son solo fruto de una conexión causal, hay un “viejo ejercicio” que proviene del sistema Karuna, de curación Vibracional.
Este sistema, nos permite, reconocer, y saber, en todo momento, si una vibración, nos pertenece o no.
Método: Es muy sencillo, se trata en primer, lugar de cerrar los ojos, y poder, respirar hondo, con conciencia; es decir a cuatro tiempos. Inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Así sucesivamente, unas 9 veces, para ser concretos.
Entonces, visualizaremos, una gran esfera de luz, en el interior de la tierra, de donde proviene una luz, que se dirige en vertical, hacia nosotros, vemos como frena, unos centímetros por debajo de nosotros. Abriendo así nuestro chakra de conexión con nuestros cuerpos sutiles, el chacra estrella de Gaia, que nos mantiene arraigados a ella, lo abrimos y llenamos de luz, respirando 9 veces; y aprovechamos para limpiar todo aquello que es inarmónico.
Una vez allí, subimos esta luz, a través de nuestro cuerpo, abriendo uno por uno nuestros chacras, y llenándolos de luz, hasta el chacra corona, después subimos en vertical, hasta encontrar, mas o menos un palmo a distancia de nuestro cráneo, el chacra octavo, que si sumamos, el estrella de Gaia, encontraremos el centro energético de nuestro cuerpo causal, que nos ayuda a filtrar la alta frecuencia de luz, de nuestros chakras que se hallan en los cuerpos sutiles. Una vez allí, abriremos esta luz, que se expanda y nos deje dentro de un tubo de luz, tan ancho como creamos apropiado.
Entonces, escogeremos un tema, una imagen o un nombre, y también nos sirve para cualquier símbolo, de cualquier cultura. Visualizaremos, dicho símbolo, y me refiero a todo lo que acabo de mencionar; siendo conscientes de que esa imagen o símbolo, es en si el icono de una vibración en concreto y tiene la capacidad de activar unas hondas, que nos llegan a nosotros, de manera concreta.
Y toma entonces conciencia de tu chackra del corazón sagrado que se halla, por debajo del corazón real, en la zona de la espalda, y tu chacra de corazón ascendente, que se halla situado en la zona del timo y la garganta, y el centro de visión del alma, que se encuentra en el centro de la cabeza, detrás del tercer ojo, pero un poco por debajo de el.
Visualiza, entonces a un arcángel o guía, maestro o Yo superior, sentado en frente a ti. y visualiza los tres centros mencionados, en el.
Ahora respirando hondo, veremos como sale un rayo plateado de nuestro corazón sagrado, y del de nuestro guía, y vemos como los dos se unen, en una columna vertical.
En segundo lugar visualizamos como surge un rayo de luz dorada de los dos corazones ascendentes. Y se conectan, ensanchando esa columna de luz.
Ahora, enviamos una luz blanca nacarada, como opalescente, que surge de nuestro centro de visión del alma, que se conectara de manera parecida.
Respiramos hondo, y vemos como se completa la conexión y circula la engría entre ambos, es entonces cuando nos situamos en el centro de visión del alma, en el centro de nuestra cabeza, detrás del tercer ojo. y sentimos como los tres centros se conectan y se activan y ves como esta, columna de luz se activa y se dirige al infinito, junto a la de tu guía, y se conecta con lo que tu reconoces, la unidad, o fuente, o logos solar, tomas conciencia que es solo una, que los tres sois uno.
Respiramos profundamente, y tomamos conciencia de cómo esa esencia de unidad llega a cada uno de nuestros átomos, y en la totalidad de las células de nuestro ser.
Nos quedamos ahí, y sentimos, como descansa, la guerra, que había en nosotros, como somos solo uno, poniendo fin a nuestra dualidad.
Vemos como de nuestros tres centros de corazón, se distribuye la energía en nosotros, y vemos como baja a través de nosotros, al centro de la tierra. Y comenzamos a desconectar, el primer rayo de luz nacara del centro de recepción del alma, del logos solar y lo devolvemos hacia, nosotros, así como nuestro guía también.
Respiramos hondo, y hacemos descender el rayo de luz, dorada suavemente asta el c corazón ascendente y dejamos k se fusione, con la fuente de luz de nuestro ser, y nuestra columna, y dejamos que nuestro guía haga lo mismo.
Volvemos a respirar y dejamos que el rayo de luz plateada regrese de nuevo a nosotros y se deposite, dulcemente en todo nuestro ser.
Respiramos de nuevo 9 veces para ir tomando conciencia de nuestro ser, y de las energía que en este momento se agitan en nosotros. Y las sentimos como se impregnan en nuestras células, estas energía que estamos trayendo desde nuestro cuerpo etérico, se establecen en unión en nuestro cuerpo físico y una vez sintamos que es el momento, vemos como se deslizan, hacia el interior de la tierra, a trabes del chakra estrella de Gaia, penetrando en el núcleo de la tierra y anclándonos en el. Anclando en nosotros, el amor universal y la compasión que nos conduzca al libre albedrío. Sentimos como nos invade una gran emoción y gratitud, por la integración de dichas energías.
2 do. Ejercicio:
Una vez integrados los corazones, podremos visualizar en frente de nosotros, esa imagen, icono o símbolo, y ver como se acerca a nosotros, quedando a la altura del corazón, sin traspasar el tubo de luz azul, y pediremos, que de nuestro centro de corazón ascendente, surja, un rayo de luz dorada, que traspase el tubo de luz azul y envuelva , la imagen dentro de un ovalo dorado, una vez allí, veremos como en medio de la luz dorada, nace un rayo de luz verde, que nos eleva la verdad, en torno a cualquier vibración y si vemos que aunque se haya transformado sigue ahí. Pediremos al centro de recepción del alma, que emita de nuevo un rayo nacarado de luz, que nos dibuje una pantalla, en donde podamos, recordar, o recibir , aquello que nos permita sanar en torno a esa imagen o situación, símbolo o música; mostrando lo que contiene para nosotros. Si por un casual, es alguna sensación dolorosa o terrible, llenamos inmediatamente de luz violeta la escena o pedimos a nuestros guías, que se ocupen de ella, hasta transformarla en armónica, y nos perdonamos por ese tiempo y espacio, por ser parte de el, sin ser concientes del mismo. O a aquellos que participaron de ello, por su falta de conciencia. Cuando hayamos terminado, le damos las gracias al icono o imagen y la diluimos, recogemos limpios, los rayos de luz, dorada y nacarada, y sentimos columna gran paz,, proveniente de la luz del chacra causal, nos llena en forma de luz blanca, a todo nuestro cuerpo.
Respiramos hondo y poco a poco, retomamos conciencia de nuestro cuerpo.
Viendo como el chacra de nuestro corazón se expande, en espiral, como una gran honda, espiral, en el medio de la cual se halla una gran esfera de luz blanca, que brilla con intensidad. Es nuestro corazón monadaico, o en unidad, con respecto a nuestro prana. Que ha hecho la paz en ese tema.
En ocasiones, si se trata de símbolos, podemos mientras lo visualizamos, recibir, energía o visiones de iniciaciones, que nos modifiquen, en forma de ajustes vibracionales, conocidos como iniciaciones solares o etericas. Pero como estamos dentro e un tubo de luz azul, estamos protegidos ante cualquier modificación, si sabemos que se trata de un tema familiar, complejo o algo que sabemos que nos moverá, podemos, forrar internamente, el tubo azul con un rayo de luz plateada, que reforzara, la protección por provenir directamente del c del corazón sagrado. O templo interior.
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