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MI LUGAR SEGURO



Visualización (o meditación) para adquirir seguridad y confianza en uno mismo y en la vida

Hoy deseo ofrecerte una visualización, a partir de un ejercicio de bioenergética (la postura de la dirección que consiste en colocarse de pie con los brazos extendidos hacia delante). Yo lo utilizo cuando me siento ansioso o tengo alguna inquietud o preocupación. También cuando siento miedo o impotencia y no encuentro la manera de solucionar algún problema.

Es una especie de visualización o meditación que me ayuda a reconocer que no hay nada más lejano a la realidad que el sentir que estoy solo en el universo y que soy el único del que depende que tenga las fuerzas y los elementos para enfrentar las situaciones de la vida.

Siempre existe algo por encima de mí en lo que yo creo y a quien le reconozco la fuerza o el poder suficiente para protegerme cuando yo me siento débil o vulnerable. Ese algo o alguien puede ser Dios, los ángeles, el universo, los seres de luz, la naturaleza. Independientemente de cuáles sean mis creencias, siempre habrá algo a quien le pueda reconocer más poder que a mi mismo y que, por lo tanto, me puede proteger.

De la misma manera que hay algo arriba de mí, siempre existe algo debajo de mí que me ofrece apoyo, detrás de mí que me pude sostener si caigo – mis antepasados, la humanidad entera representada por todas las personas que han existido a lo largo de la historia de la humanidad – y también, detrás de mí, está toda mi vida pasada desde el día en que me engendraron mis padres, todas las experiencias agradables o dolorosas que he vivido, las decisiones que he tomado y que me hacen la persona que hoy soy.

Al lado mío, tanto a la izquierda como a mi derecha, están, acompañándome en el aquí y el ahora, los amigos, mi familia, mis compañeros y conocidos o cualquier otro ser humano con el que comparto la existencia en el presente, lo conozca o no, sabiendo que, de alguna manera, estamos en conexión íntima.

Es un ejercicio que me ha dado muy buenos resultados a mí en lo personal y a los pacientes con los que lo he trabajado para disminuir su ansiedad o cualquier otro sentimiento o emoción desagradable, o bien, para fortalecer su confianza y su seguridad personal.

Espero que, si decides llevarlo a la práctica, te sea de mucha utilidad como lo ha sido para mí y que lo disfrutes intensamente.

Sólo una cosa más, intenta encontrar el lugar y el momento para hacerlo. Que sea un sitio donde puedas estar tranquilo y sin interrupciones. Hazlo de manera relajada, descansando tu mente y tu cuerpo, respirando de manera profunda y tranquila, sin prisas, tratando de sentir en tu cuerpo cada parte del ejercicio y cada cosa que vas imaginando con tu mente, ayudándote también de una respiración relajada.

Primera parte

Dibuja o recorta una figura humana que te represente.

Responde las preguntas poniendo las respuestas en la figura humana, del lado que corresponda.

¿Qué hay arriba de ti que te apoya, te cuida?
Algo superior a ti en quien te puedes refugiar: Dios, el universo, la vida, la humanidad, la naturaleza, etc. Todas las cosas que consideras que te pueden hacer sentir protegida.
¿Qué hay debajo de ti?
Tus raíces, lo que te brinda apoyo y te sostiene.
¿Qué hay detrás de ti?
Tus antepasados, la gente que te cuido en el pasado, las experiencias de vida que has tenido desde la infancia y que te han generado aprendizajes significativos, todas las decisiones que han hecho que tú seas la persona que hoy eres.
¿Qué o quienes están a tu lado?
Familia, amigos, pareja, compañeros, colegas, la humanidad entera, todos aquellos que te resulten significativos y te apoyen desde el mismo nivel donde estás tú.
¿Qué hay frente a ti?
¿Cuál es la dirección en la que quieres caminar? ¿Hacia donde quieres ir? ¿Qué es lo que más te motiva? ¿Cuáles son tus metas y objetivos principales? ¿Cuál es tu visión del futuro ideal?
La esfera de protección

Cuando hayas colocado todas las respuestas, dibuja una esfera alrededor de la figura donde todo que de dentro de ella: los elementos del arriba, el abajo, el atrás, los lados y el frente.


Esa esfera de energía y de luz puede ser violeta y dorada o del color que tú la sientas, la veas o la percibas. Siéntete con la libertad de modificar el color de tu propia esfera de protección.

Has creado tu lugar seguro, el que te protege desde todos los ángulos con las fortalezas y protecciones específicas de cada lugar. Cuando te sientas inseguro, ansioso o con miedo, cuando te vivas impotente, frustrada, enojada, confundida, medita yendo a tu lugar seguro (la esfera) y visualiza cada uno de los puntos (arriba, abajo, los lados, detrás, adelante) y los elementos que los constituyen, respirando de manera relajada y profunda hasta que encuentres la calma, percibas las posibilidades o encuentres las respuestas que buscas.

Segunda parte

Una vez que hayas identificado todos los elementos que deben ir en tu esfera donde se encuentra tu lugar seguro cada vez que estás dentro de ella, puedes experimentarlo con tu propio cuerpo.

Sólo necesitas encontrar un lugar tranquilo, libre de interrupciones. Colócate de pie, con los pies hacia el frente, un poco separados, las rodillas ligeramente flexionadas, levantar tus brazos un poco flexionados para mayor comodidad.

Cierra tus ojos y empieza a respirar tranquila y profundamente y a imaginar todos los elementos que están arriba de ti, todo aquello que consideras superior y que te puede proteger (los mismos elementos que pusiste en el dibujo).

Si vienen otros más a tu mente, no te sientas limitado e inclúyelos también. Seguramente, en la medida en que hagas la meditación, irán apareciendo nuevos elementos que formaran parte de tu espacio seguro y lo fortalecerán.

Después de unos minutos en los que te sientas invadida por la energía y la protección de todo lo que está arriba de ti, cambia la posición de tus brazos y llévalos hacia los lados, hacia abajo, hacia atrás y hacia el frente y repite en cada caso el proceso de imaginar y sentir los elementos o personas que se encuentran en cada posición, llenándote de esa energía y sintiendo como cada uno te produce sensaciones diferentes de seguridad, apoyo, paz, tranquilidad.

Envolverse en la esfera de protección

Una vez que hayas colocado los brazos en todas las posiciones, respirando siempre de manera tranquila y profunda, imagina que, de todos los ángulos, surge la esfera de energía que te cubre completamente y te protege, quedando tú, al centro de la misma.

Disfruta por unos minutos (cinco, diez o más), la sensación de estar en un lugar seguro, protegida desde todos los lugares por el amor del universo y las personas que te acompañan o te han acompañado en la vida, incluso por aquellos antepasados y seres que no conociste pero que están ahí y que tú eres consecuencia de su propia existencia, eres la punta de una gran lanza que viene desde muy atrás en el tiempo.

Deja que tu mente fluya y vengan a ti los recuerdos de tu propia experiencia de vida y de todo lo que has hecho, lo que has vivido, las decisiones que has tomado, los retos que has enfrentado, la fortaleza y el aprendizaje que has adquirido de tus fracasos y de tus errores o de las experiencias dolorosas que has vivido y que han hecho de ti la persona que hoy eres.

Cuando coloques tus manos al frente, visualiza en una pantalla imaginaria tu visión del futuro agradable y seguro que quieres lograr, las metas que deseas alcanzar.

Alimentar la confianza personal y en la vida

Y, finalmente, repite mentalmente, como si estuvieras repitiendo un mantra “yo confío en mí”; “yo confío en mi y en mis capacidades”. Y, después de que lo hayas hecho varias veces hasta que logres sentir esa confianza en ti misma, repite también “yo confío en la vida” “la vida me protege desde todos los ángulos”; “me siento segura (seguro) y protegida por la vida”.

Puedes modificar las frases de acuerdo a lo que te surja al momento de hacer el ejercicio, simplemente confía en tu intuición y permítete sentir toda la seguridad en ti y en el universo. Confía en que la vida desea sólo cosas buenas para ti y que te dará las herramientas para que puedas enfrentar cualquier reto. Igualmente confía en ti, en tus experiencias, conocimientos, aprendizajes, intuición para enfrentar dichos retos y salir fortalecida de cada vivencia, transformada en una mejor persona, un ser humano más desarrollado, fuerte y pleno.

Espero que disfrutes de la experiencia y que la realices tan frecuentemente como puedas, pues eso irá alimentando tu confianza en ti y en la vida. Intenta hacerlo cuando sientas algún malestar como ansiedad, impotencia, enojo, frustración, tristeza, miedo, inseguridad o, aunque no tengas que sentirte mal para hacerlo, intenta realizarlo por lo menos una vez al día durante diez minutos. Muy pronto notarás la diferencia en tu estado de ánimo y en tu salud en general.

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