De enfermo a sanador es el camino de infinito asombro que recorremos cuando nos aventuramos, al principio casi con miedo en la experiencia de convertirnos en nuestros propios médicos, sanadores, terapeutas, guías, etc.
La historia de la civilización nos está enseñando que el conocimiento y la medicina formal tienen sus límites y que más allá de esos límites no se puede hacer nada. Así hemos crecido y ese es nuestro mundo de creencias. Ese mundo ha sido implantado por miles de mensajes de diferente naturaleza, que nos han hecho creer que solo la medicina formal es la que está encargada de tratar las enfermedades, así lo dicen los médicos y todos los que participan en ese círculo de negocios multimillonario. Lo cierto es que esta afirmación, cada vez es desmentida por gente decidida e inteligente que al experimentar que la ni la ciencia ni la medicina formal podían hacer nada en el caso de sus enfermedades, deciden emprender un camino de descubrimiento, autodescubrimiento y sabiduría en el campo de la curación.
EL verdadero camino de la curación total es el de reconocer que todo tiene sus límites salvo uno mismo. Es reconocer y experimentar que solo uno conoce los verdaderos síntomas que está padeciendo y es conocer con crudeza total, las motivaciones que nos llevan a enfermarnos.
El camino de auto curación nos llevará a un infinito mundo de descubrimientos y cambios de actitud. Al cambiar nuestro sistema de creencias seremos capaces de reconocer que las enfermedades no son otra cosa que la proyección de nuestro interior. Dejaremos de culpar a los demás por nuestras carencias y dolores y nos responsabilizaremos por cualquier cosa que nos ocurra.
El camino de autodescubrimiento es un camino ingrato, para algunos, que nos llevará muchas crisis productivas si así lo queremos. Digo que es ingrato porque no es fácil reconocer que la dolencia que padecemos es gracias a una característica psico emocional que tenemos y no solo eso, si no que esta característica, le da sentido a nuestra vida; frente a algo así no es fácil reconocer ese hecho y es aún más difícil tratar de cambiar esa conducta. Así mucha gente recurre, por ejemplo en el caso del cáncer, a terapias de radiación, quimioterapia y otras, finalmente, luego de una penosa agonía, muere sin poder hacer nada. Las terapias de la ciencia formal pueden curar el cáncer pero tienen que ir acompañados de un cambio de actitud de la persona. La crisis que enfrenta la persona al lidiar con una enfermedad como el cáncer, hace muchas veces que el cambio de actitud hacia la vida sea natural y no genere conflictos mayores, entonces la persona sale airosa y se cura, y así, tal vez solo las personas muy allegadas se den cuenta de su cambio psicológico, emocional y de conducta hacia la vida. La persona que se empecina en no cambiar y cree que solo la ciencia lo curara, generalmente pierde la batalla y muere.
Sentir saludablemente, pensar saludablemente, actuar saludablemente, es el secreto. Para hacer esas tres cosas al parecer tan sencillas hay que traerse el mundo abajo. No me refiero a llamar a una revolución en contra de esta civilización, me refiero a que debemos traernos abajo muestro mundo interior con sus ambiciones, traumas, miedos, angustias, fantasías, mentiras, negligencia, avaricia, conveniencias, etc. El actuar con estas motivaciones solo trae la enfermedad y la muerte. Hemos tomado como natural envejecer enfermar y morir penosamente que hasta defendemos la muerte cuando alquilen habla en contra de ella. La muerte y la enfermedad como tal no existirían si no llevásemos tanta basura en nuestro interior.
Convertirse en nuestro sanador, guía, terapeuta, es al camino que recorren las personas que asumen un mundo de acción consecuencia responsablemente. Saben que cualquier pensamiento, sentimiento y acción desviados, tiene sus consecuencias y las consecuencias son las enfermedades y la muerte. Una persona así vivirá con motivaciones extraterrestres, por decirlo de alguna manera y su recompensa serán la salud y una larga vida o mejor dicho una vida eterna.
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