El hombre de conocimiento Según esta enseñanza, un hombre de conocimiento es aquella persona que “vive como se debe”. Para esto debía tener un prolongado entrenamiento que se expresaba como un conjunto de principios. Estos comprendían todas las circunstancias no ordinarias pertinentes al conocimiento impartido y que debía ser realizado con un esfuerzo decidido e inclaudicable con el objeto de alcanzar el fin. Cambiar la idea del mundo era la clave, y para conseguirlo se debía “parar el diálogo interior”. Todo era posible con el silencio. Para ello debía cambiarse el protagonismo de los ojos, para quitarles la carga, ya que desde que nacemos usamos los ojos para juzgar el mundo. Un guerrero escucha el mundo, escucha los sonidos del mundo, pero esto debe hacerse armoniosamente y con gran paciencia, entonces el mundo, deja de ser así o asá. El maestro decidía a quien impartiría la instrucción, debía percibir en el candidato una “intención rígida”, porque tenía q...
!No hay nada más apasionante que hacerse preguntas, cuestionarse la vida y preguntarse todo lo que es importante para cada uno¡