La vida es muy rica, tiene tantos tesoros, y nosotros la afrontamos con los corazones vacíos; no sabemos llenar nuestros corazones con la plenitud de la vida. Somos pobres internamente, y cuando se nos ofrecen riquezas, las rechazamos. El amor es algo peligroso, trae consigo la única revolución que da la completa felicidad. Y así muy pocos de nosotros somos capaces de amar, pocos queremos amar. Amamos en nuestros propios términos, haciendo del amor una cosa comerciable. Tenemos la mentalidad mercantil y el amor no es comerciable, no es un asunto de toma y daca. Es un estado del ser en que se resuelven todos los problemas humanos. Vamos al pozo con un dedal, y así la vida se vuelve una cosa vulgar, pequeña y mezquina.
¡Qué exquisito lugar podría ser la tierra, con tanta belleza como hay, tanta gloria, tanta imperecedera hermosura! Estamos atrapados en el dolor, y no nos importa poder salirnos de él, aún cuando alguien nos esté señalando una salida.
No sé, pero uno está ardiendo de amor. Hay una llama inextinguible. Uno tiene tanto de ese amor que desea darlo a todos, y lo hace. Es como un río poderoso que fluye, nutriendo y regando cada ciudad y aldea por las que pasa; se contamina, la suciedad del hombre entra en él, pero las aguas se purifican pronto y rápidamente prosigue su curso. Nada puede estropear el amor, porque todas las cosas se disuelven en él -las buenas y las malas, las feas y las bellas. Es la única cosa que tiene su propia eternidad.
¡Los árboles se veían tan majestuosos, tan extrañamente impenetrables a las calles asfaltadas y al tráfico! Sus raíces se hundían muy abajo, en lo profundo de la tierra, y sus copas se alargaban a los cielos. Nosotros tenemos nuestras raíces en la tierra, y tiene que ser así, pero nos adherimos a la tierra; sólo unos pocos se elevan a los cielos. Son las únicas personas creativas y felices. Las demás se destruyen y se dañan unas a otras sobre esta tierra tan hermosa -con injurias y también con habladurías.
Sea abierta. Viva en el pasado si tiene que hacerlo, pero no luche contra el pasado; cuando el pasado llega, mírelo; no lo aparte de sí ni se aferre a él demasiado. La experiencia de todos los años, el dolor y la felicidad, los desastres lamentables y los destellos que en usted suscitó la separación, la sensación de lejanía, todo esto habrá de enriquecerla: y agregará belleza a su vida. Lo que importa es lo que tiene usted en su corazón; y puesto que eso desborda, lo tiene todo, usted es todo.
Esté alerta a todos sus pensamientos y sentimientos, no deje que ninguno de ellos se escabulla sin que usted lo advierta y absorba su contenido. Absorber no es la palabra, sino ver, ver todo el contenido del pensamiento-sentimiento. Es como entrar en una habitación y ver todo el contenido de la misma de una sola vez, su atmósfera y sus espacios. Ver los propios pensamientos y estar atento a ellos, lo vuelve a uno intensamente sensible, flexible y alerta. No juzgue ni condene, sólo esté muy alerta. De la separación de las impurezas, surge el oro puro.
Ver "lo que es" resulta realmente muy arduo. ¿Cómo observa uno claramente? Un río, cuando se encuentra con una obstrucción, nunca está quieto; el río demuele la obstrucción por su propio peso, o pasa por encima de ella o encuentra su camino por debajo o alrededor del obstáculo; el río nunca está quieto; no puede sino actuar. Se rebela, si podemos expresarlo así, inteligentemente. Uno debe rebelarse inteligentemente y aceptar inteligentemente "lo que es". Para percibir "lo que es", tiene que existir el espíritu de la rebelión inteligente. A fin de no confundirse, se necesita cierta inteligencia; pero uno está generalmente tan ansioso por conseguir lo que desea, que se arroja contra el obstáculo; o se destroza contra él o queda exhausto en su lucha contra él.
Ver la cuerda como cuerda no requiere valor, pero confundir la cuerda con una serpiente y luego observar, eso sí requiere valor. Uno tiene que dudar, investigar siempre, ver lo falso como falso. Uno obtiene el poder de ver claramente, mediante la intensidad de la atención; verá usted que ese poder llega. Hay que actuar; el río jamás deja de actuar, está siempre activo. Para actuar, uno tiene que hallarse en estado de negación; esta negación misma trae su propia acción positiva. Pienso que el problema es ver claramente; entonces esa percepción misma es la que genera su propia acción. Cuando hay flexibilidad, no existe el problema de acertar o equivocarse.
Uno tiene que estar muy claro internamente. Le aseguro que entonces todo saldrá bien; sea clara y verá que las cosas se ordenan correctamente por sí mismas sin que usted haga nada al respecto. Lo correcto no es lo que responde a nuestros deseos.
Tiene que haber una completa revolución, no sólo en las grandes cosas, sino en las pequeñas cosas de todos los días. Usted ha tenido esa revolución, no vuelva a lo de antes, manténgase ahí. Mantenga la caldera hirviendo -internamente.
Espero que haya pasado una buena noche, que la salida del sol a través de su ventana haya sido agradable, y que pueda ver apaciblemente las estrellas nocturnas antes de dormir. Qué poco conocemos del amor, de su extraordinaria ternura y de su "poder", con que facilidad usamos la palabra amor; la usa el carnicero; el hombre rico la usa y la usan el muchacho y la muchacha. Pero, ¡Qué poco saben de él, de su inmensidad, de su condición inmortal e insondable! Amar es percibir la eternidad.
Qué cosa tan extraordinaria es la relación, y con qué facilidad caemos en el hábito de una relación particular, donde las cosas se dan por sentadas, donde se acepta la situación y no se tolera variación alguna; no se da cabida a ningún movimiento hacia la incertidumbre, ni siquiera por un segundo. Todo está tan bien regulado, asegurado, sujeto, que no hay oportunidad ninguna para la frescura, para un claro soplo revivificante de primavera. Esto y más es lo que llamamos relación. Si observamos atentamente, vemos que la relación es algo mucho más sutil, más rápido que el relámpago, más inmenso que la tierra, porque la relación es vida. Nuestra vida es conflicto. Nosotros queremos hacer de la relación algo tosco, rígido y maniobrable. Y así pierde su fragancia, su belleza. Todo esto surge, porque en él tiene que existir la completa entrega de uno mismo.
Lo esencial es la cualidad de algo fresco, de lo nuevo, o de lo contrario la vida se convierte en una rutina, en un hábito; y el amor no es un hábito, una cosa aburrida. La mayoría de la gente ha perdido la capacidad de maravillarse. Lo da todo por hecho, y este sentido de seguridad destruye la libertad y la sorpresa de la incertidumbre.
Comentarios
Publicar un comentario