El control es un sustituto para el amor.
¿Sabes que todo dolor que sufres, psicológico o emocional, es control?
¿Qué es el enojo? La necesidad de controlar: "¡Cómo te atreves a hablarme así!" "¡Esto no me gusta!" "¡Quiero que cambie!" Eso es control.
¿Y qué acerca de la ansiedad y la preocupación? El miedo de perder control.
¿Y qué acerca de la frustración? "No estoy teniendo el control que necesito tener. Me siento frustrado, me estoy empezando a sentir fuera de control."
¿Y qué es la depresión? Cuando sientes que has perdido el control y te sientes impotente y sin esperanzas y no puedes soportarlo, y entras en un estado de ánimo desagradable, un estado grande y negro.
La paradoja es, sin embargo, que el verdadero control es el amor. No hay nada más hermoso que el amor. Por supuesto que es la única verdad que existe, la única realidad que existe, pero confundimos el amor con el apego. Confundimos el amor con poseer, con las pertenencias, en lugar de reconocer nuestro ser en otro individuo. Nuestra Unidad. La afinidad que se siente cuando se mira a otra persona y se ve a uno mismo.
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