La vida es muy rica, tiene tantos tesoros, y nosotros la afrontamos con los corazones vacíos; no sabemos llenar nuestros corazones con la plenitud de la vida. Somos pobres internamente, y cuando se nos ofrecen riquezas, las rechazamos. El amor es algo peligroso, trae consigo la única revolución que da la completa felicidad. Y así muy pocos de nosotros somos capaces de amar, pocos queremos amar. Amamos en nuestros propios términos, haciendo del amor una cosa comerciable. Tenemos la mentalidad mercantil y el amor no es comerciable, no es un asunto de toma y daca. Es un estado del ser en que se resuelven todos los problemas humanos. Vamos al pozo con un dedal, y así la vida se vuelve una cosa vulgar, pequeña y mezquina. ¡Qué exquisito lugar podría ser la tierra, con tanta belleza como hay, tanta gloria, tanta imperecedera hermosura! Estamos atrapados en el dolor, y no nos importa poder salirnos de él, aún cuando alguien nos esté señalando una salida. No sé, pero uno está ardiendo de amor....