Con el programa de Recuperación: Los Doce Pasos
Hemos hablado en varias entradas sobre la dependencia emocional a las Relaciones Destructivas, así como de las consecuencias tan graves que podría ocasionarnos si seguimos viviendo en una con esas características.
Una forma de poder salir airosas de ese tipo de relación enfermiza (adicción), es a través de un grupo de autoayuda. Al igual que en los grupos para alcohólicos y drogadictos, tanto los enfermos como sus familiares siguen un programa denominado Los Doce Pasos, con el único fin de llevarlos a su recuperación.
Dicho programa también ha sido implementado en terapias de grupo en el caso que nos interesa: el de las mujeres maltratadas, dependientes y adictas a las relaciones destructivas, y que solo buscan recuperarse y rehacer sus vidas de forma digna y feliz. Existen infinidad de libros que podrás consultar y que te ayudarán en tu proceso de recuperación.
A continucación expongo dicho programa utilizado exitosamente, con una breve explicación en cada uno de los pasos a seguir:
1
Admitimos que somos impotentes en relación con el maltrato y abuso de nuestra pareja, que nuestras vidas se tornaron ingobernables. Al aceptar que tu vida era ingobernable al vivir inmersa en una relación que poco a poco ha ido consumiéndote y destruyendo tu ser interior, has avanzado en tu recuperación. NO te sientas fracasada, es imposible que seas capaz de aceptar tu problema de la noche a la mañana, pues así como la adicción a tu relación tuvo que ser progresiva también lo debe ser la recuperación. Tómate tu tiempo, y cuando te sientas preparada...continúa con el siguiente paso.
2
Aceptamos que necesitamos la ayuda de alguien que nos devuelva el sano juicio. Tal vez tu caso amerite la intervención de un especialista (psicólogo), según la gravedad de dependencia o abuso que has vivido con tu pareja, pero no todas lo necesitan. Es necesario que tú misma te evalúes. Lo importante es aliarse a una persona de confianza con quien puedas desahogarte libremente y quien pueda brindarte su punto de vista de forma cabal y objetiva. Puedes recurrir a algún amigo, consejero, una compañera, o aún mejor, podrías encomendarte a una fuerza suprema, dependiendo de tus creencias. Abrazar algún tipo de creencia superior o divina (la que consideres) es decisión personal, pero en los grupos de alcohólicos anónimos ha dado resultados óptimos: la fe.
3
Encomendamos nuestra voluntad y vida al cuidado de esa persona o fuerza suprema que elegimos. Este paso está ligado con el anterior. Si decidiste apoyarte en un especialista, consejero o fuerza suprema para salir adelante, no debes olvidar que sus consejos tienes que escuchar. En estos momentos ellos poseen mayor objetividad que tú. Déjate guiar por quien hayas elegido, por algo lo escogiste.
4
Realizamos un minucioso y valiente inventario de nosotras mismas. Debemos ser honestas y evaluar las cosas que hicimos y que nos llevaron a "engancharnos" con esa persona que nos está destruyendo, y tratar de corregir los errores mentalmente. Claro que esas "correcciones" no tendrán lugar, pero conscientizarnos de ellos nos dará la sensación de liberación. Al identificarlos como desagradables, no desearemos volver a cometerlos.
5
Admitimos ante Dios, nosotras mismas y otras mujeres, la exacta naturaleza de nuestros errores. Cuando ya estés consciente de tu problema, de los errores que cometiste y a los extremos que llegaste por haberte vuelto dependiente emocional, es tiempo de hablarlo y reconocerlo ante otros.
6
Recuperamos la confianza en nosotras mismas. Tu problema de dependencia no te permitía hacer nada por tí misma, siempre lo hiciste por alguien más. De ese modo te sentías "segura" en tu zona de confort y no tuviste que enfrentarte a una adaptación de entorno. Más simple: Si dejaste de ir al supermercado porque tu pareja hacía las compras...¡sal y hazlo tú cuanto antes!!. Liberarte de tus malos hábitos es parte del proceso de sanación. Si abandonaste a tus amigos, ponte en contacto de inmediato con ellos (es una excelente forma de recomenzar una vida, créemelo), ve a citas y vuelve a disfrutar de todas las cosas que dejaste de hacer. Es tiempo de retomar tu estilo de vida....¡¡libre!!.
7
Recordemos que todavía necesitamos ayuda. Una cosa es retomar tu vida, cambiar de hábitos, recuperar la confianza en tí, pero otra muy distinta es pensar que te encuentras completamente curada. Tienes que recuperar al 100% tu dignidad, no busques una recaída.
8
Hacemos una lista de las personas a quienes dañamos, e intentamos compensar a todos ellos. Éste es uno de los pasos formidables del tratamiento. Se necesita mucho valor para aceptar haber herido a alguien pero todavía se requiere de más para pedir perdón. No se trata de reparar daños, sino de aceptar haber hecho algo mal y saldar deudas emocionales con aquellos que alejamos por la vida que llevamos en esa relación. Se trata de las personas más allegadas a tí, y que por alguna razón se distanciaron. Al estar dispuesta a reconocer los propios errores y a repararlos es un signo de madurez.
9
Disfrutamos de los lazos que volvimos a estrechar. No será fácil, de hecho al principio va a existir la sombra de lo que sucedió, pero con la convivencia ese recuerdo se irá disipando hasta extinguirse por completo...Sabrás que tu esfuerzo ha valido la pena, y que en realidad nunca has estado sola.
10
Volvemos a hacer un inventario personal y si volvimos a equivocarnos, lo admitimos. Para no repetir errores pasados debemos mantenernos en un estado de alerta. Es preferible que realicemos un inventario periódicamente, con el fin de saber si volvimos a cometer un error pasado de forma inconsciente. Admitir errores actuales que estén vinculados con los anteriores es un modo adelantado de corregirlos.
11
Recuperamos las ansias por la vida y sus placeres. Los placeres de la vida son los logros que a beneficio nuestro conseguimos: ganar un premio, ser reconocidas en nuestro trabajo o en nuestra escuela, escribir un artículo o algo similar. Estos pequeños logros alimentan nuestra autoestima. Trázate objetivos o metas para que los cumplas poco a poco, verás que tendrás muchas satisfacciones. Una mujer dependiente pierde el interés y el gusto en estos placeres. Si has llegado hasta este punto, podrás darte cuenta que es ahora cuando tu vida tiene un sentido formidable; acabas de recuperar a tus seres queridos, sabes distinguir entre lo que te conviene y lo que no, y lo mejor de todo: has comenzado a trazarte metas que te llevarán a ser mejor persona. Estás lista para dar el siguiente y último paso en tu recuperación.
12
Seamos un ejemplo para las demás. Si llegaste a este punto es porque realmente conseguiste un cambio...¡¡lograste despertar!!. Tu responsabilidad ahora es ser un modelo para las demás mujeres que aún se encuentran sumergidas en esas relaciones y que las han ido destruyendo lentamente. A veces, la mujer que logra recuperarse tiende a ser más perceptiva para notar problemas de dependencia emocional (adicción a relaciones destructivas) cuando apenas se están gestando. Si conoces a una mujer en la misma situación de la que tú pudiste salvarte, no la confrontes, sé astuta y hazle ver que vive en un error. Recuerda que la confrontación sería lo peor que hicieras, pues podrías asustarla y alejarla (lo mismo que a tí te pasó con quienes trataron de alertarte).
Concluyo diciendo que este programa debe verse como un cúmulo de sugerencias. Tal vez ahora los encuentres irrelevantes, pero no dejes de leerlos de vez en cuando....te aseguro que llegará un momento en el que descubrirás el evidente valor que tienen.
El éxito en la recuperación de mujeres adictas a relaciones destructivas ha consistido en:
Asistir a un grupo de autoayuda
Terapia Psicológica (según evaluación previa)
Seguir el Programa de Doce Pasos
Reuniones con otras mujeres donde pueden sentirse libres de hablar del mismo tema
Como siempre, solamente tú sabrás cómo y cuándo reconocer que tienes un problema, así como la manera de resolverlo. Estos consejos son fuerzas terapéuticas que han sido comprobados en muchos casos....pero la última decisón la tienes TÚ!!!
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