Era un árbol genealógico donde unas viejas ramas escondían turbios secretos, otras se quebraban por el peso del fracaso y a las más nuevas, que comenzaban a reverdecer, les llegaba una savia tóxica que las enloquecía.
El olor de su copa atrajo a otro árbol vecino que prendado de él se presentó diciendo:
-Encantado de conocerte.Tus secretos hacen pareja con mis secretos, tus fracasos con los míos y tus neurosis y las mías encajan a la perfección. Fundemos un matrimonio y nos nacerá un arbusto para el verano. Puede que salga autista, pero también podría pasar que trajéramos al mundo ese héroe tan esperado, ese que logre vencer el miedo a la locura y nos realice a todos.
Comentarios
Publicar un comentario