Estamos recuperando el poder interior que nace del amor propio por medio de las 4 palabras que curan, hasta que llegue el momento en el que los humanos seamos totalmente sinceros, totalmente honestos individual y colectivamente, porque podremos mostrarnos tal cual somos, con total transparencia y libertad.
Quizás después de leer todo esto puedas comprender que pronunciar un simple y sencillo “Lo siento” puede devolverte aquella perdida sensación de unidad que viaja por tu piel, que es el órgano más grande que posees y que de esta manera te hace más sensible ante las vivencias de las demás personas, te hace más desapegada de los resultados y te convierte en Unidad.
Ahora tal vez percibas que la palabra “Perdóname” y su sonido hacen eco en órganos tan importantes como tu páncreas o tu colon y que si poseyeras la facultad de leer tu propio cuerpo entonces podrías ver escaleras apoyadas en tu hígado y pequeñas células subiendo los peldaños para poder trasladar baldes repletos de nutrientes. Y entonces te sería más sencillo perdonarte por no ser lo suficientemente algo, o por no ser la persona que todos esperan, por haber fallado o por no haber hecho lo que pensaste siempre que era correcto. Quizás podrías perdonarte para que la vida fuera más fácil para tus hijos o para aquellas personas que amas.
Y si sólo dices “Gracias” ya estás entrando en contacto con tu corazón y estás permitiendo que tanto venas como arterias trabajen sin tantos obstáculos en su camino y en ese acto desprendido es posible que sientas que tu sangre se convierte en luz, que tu hipertensión o tus malestares cardíacos son tus aliados y no tus enemigos. Que aquello que más te entristece es un regalo que la vida te dio para mejorar y que sólo sientes gratitud por estar aquí ahora, con vida.
Si pudieras leer tu cuerpo y observar el recorrido que hace la gratitud en ti, entonces jamás dejarías de decirte a ti misma: “Gracias”. La gratitud recarga tu cuerpo de energía, te ahorra horas y horas de sueño, de letargo, de pereza, de auto crítica; también te conecta con la Fuente y sobre todo te saca de cualquier situación en la que sientas que no hay salida. Si confiaras en ti lo suficiente, es probable que ahora pudieras ver centenares o miles de células de tu color favorito con palas y máquinas resanando las grandes avenidas, los carriles de tu red energética de meridianos. La gratitud transmuta las guerras de tu mente en amor por ti o sea amor por la humanidad.
Algunas personas me dicen: “Vivi yo no siento que me amo, entonces ¿Cómo puedo pronunciar esta palabra?” Y la verdad es que no importa, hay tan poco amor propio en el individuo promedio, que al principio esto de pronunciar un “Te amo” puede parecer loco, descabellado, absurdo y después llegan las dudas, las preguntas y las negaciones: “Pero yo no me amo”. Entonces algunas personas se detienen y otras pese a sus pensamientos compulsivos continúan. Si este es tu caso no dejes que esta duda te afecte porque el sonido cuenta, la frase trae su propia vibración y siempre llega al lugar que tu cuerpo le ha destinado para curarlo.
“Te amo” es el sonido más sanador del Universo y si llegó a ti entonces no lo dejes ir. Esta frase se pronuncia constantemente con total desapego y si se puede con aprecio, con un bello sentimiento, mucho mejor.
Esta frase cubre tu cuerpo y viaja a través de tus pulmones desatascando tu respiración. Recorre tus riñones transmutando los miedos y quizás sientas que millones de células sonrientes le dan vitaminas a las células tristes de tu sistema inmune, o que algunas otras que nacieron con el arte de la jardinería siembran césped suave, fresco y verde alrededor de las zonas más áridas de tu cuerpo, entonces quizás sientas que por primera vez estás viviendo y que por lo mismo es la primera vez que te estás alimentando.
Las palabras que duelen, las frases de odio y los pensamientos no observados tienen un efecto contrario, generalmente destruyen, lastiman, duelen, atrapan, coartan, debilitan, golpean y empequeñecen al Ser. No eres culpable por pronunciarlas, tan sólo eres responsable de sentirlas. Entonces ponte a trabajar contigo, a amarte desde ya, tal como te he dicho hoy aquí.
Me extendí en este artículo porque no me fue posible detenerme, las manos sólo escribían y todo llegaba fácilmente para ti. Es un placer conectar con tu alma de esta manera. Gracias por leerme.
Lo siento, perdóname, te amo, gracias.
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