La importancia de darse cuenta Las afecciones corporales se corresponden con las aflicciones y perturbaciones, emocionales y espirituales. Cada órgano vital tiene un lugar, una función y un rol asignado dentro del cuerpo, por lo que es un sistema que tiene una homeostasis determinada; cada órgano cumple una función específica, se ubica en un lugar indicado y se hace cargo de lo que le incumbe, por ser quién es, hacer lo que hace y por estar donde está, dentro del cuerpo. De esta forma, entonces, hay un orden para que todo funcione equilibradamente, en armonía con el resto. Como sistemas abiertos que somos, estamos en continuo movimiento y en constante intercambio con el medio. Permanentemente, nos llegan estímulos que “nos tocan”, como por ejemplo: una noticia inesperada, un cambio en nuestro contexto laboral, una mudanza de alguien querido, una pérdida, la llegada de un hijo, la incorporación de alguien nuevo a la familia o cualquier situación de de esta índole. Estos tipos de movimie...