AGUA NUESTRA DE CADA DÍA
El agua es una estructura compleja y sobre todo, variable según la temperatura, la presión y la acción de diversos agentes físicos. La temperatura modifica las propiedades del agua, aumentando su solubilidad y el contacto entre las moléculas en disolución. El paso de la electricidad puede modificar sus propiedades, llegando a mantener electrones en su interior. Las radiaciones ionizantes provocan en el interior del agua reacciones especiales (radiólisis del agua) que finalizan con la aparición de radicales libres capaces de producir potentes efectos biológicos.
En el organismo humano, se ha comprobado que los campos magnéticos aumentan la capacidad de disolución del oxígeno en el plasma, aportando más oxígeno por un mecanismo diferente al del transporte de éste por la hemoglobina. Por ello, podemos decir que el campo magnético modifica la estructura del agua de modo que varíen algunas de sus propiedades físicas, entre ellas la de su capacidad de disolución de diferentes substancias que circulan dentro de los seres vivos.
El cuerpo humano está compuesto fundamentalmente por agua, la cual desempeña un papel esencial en los procesos metabólicos. Desde el punto de vista celular, el agua es fundamental tanto para el aporte de nutrientes a las células como para vehiculizar sus catabolitos o productos de desecho al exterior. Es por este motivo, que es posible permanecer hasta dos meses sin ingerir alimentos, pero sólo unos pocos días sin agua.
El agua sometida a campos magnéticos, a la cual llamaremos “agua ordenada” por efecto de dichos campos, debe su capacidad sanadora ordenamiento perfecto de los iones que la componen. Actúa como agente de limpieza orgánica, pero también tiene efectos relajantes y reguladores de la tensión arterial, porque ejerce su influencia sobre el sistema parasimpático. Sus efectos más inmediatos se aprecian sobre los sistemas digestivo y urinario. Por su acción trófica, es también beneficiosa en el tratamiento de las dermatosis, los retardos en la cicatrización de las heridas, las quemaduras, la sequedad de la piel y las mucosas, etc. El campo magnético negativo produce un efecto ligeramente alcalino, sobre el medio ácido donde proliferan los micro-organismos causantes de muchas enfermedades conocidas. En conclusión, la ingesta diaria de agua sometida a la acción de campos magnéticos es un sistema natural y ecológico de reposición de energías y de normalización del organismo, disminuyendo las consecuencias del estrés y potenciando las propias capacidades del organismo para defenderse, ante la presencia de la enfermedad. El efecto de aceleración de la actividad eléctrica de los iones de hidrógeno, podría explicar la razón por la cual el agua polarizada en dichos campos se hace más liviana para su consumo.
En nuestra opinión, beber agua es una fuente de salud natural, pero sólo el agua sometida a la acción del campo magnético garantiza su total absorción por parte de los tejidos vivos.
Graciela Pérez Martínez
Presidente de la Asociación Argentina de Estudio de la Energía y el Magnetismo
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